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40.000 béticos contra todos los elementos

El Betis de Pepe Mel, Luis Oliver, los administradores judiciales y, sobre todo, los béticos consiguió su cuarta victoria consecutiva en cuatro jornadas. Ese mismo número multiplicado por 10.000 da como resultado la cantidad de aficionados que acudieron a Heliópolis para comprobar que su equipo se ha propuesto ilusionarlos de verdad.

el 19 sep 2010 / 20:16 h.

La afición del Betis, en pleno apoyo a su equipo.
Pepe Mel no dirige la Armada Invencible, sus futbolistas no son barcos de guerra, los béticos no viven en el siglo XVI y Luis Oliver ni mucho menos se parece a Felipe II, por cierto natural de Valladolid y apodado El Prudente. Nada que ver con el actual mandamás bético, por tanto. El navarro, sin embargo, podría emular al rey de España, Portugal e Inglaterra (casi nada) y decir que ha mandado a Mel y su Betis a luchar contra los hombres, no contra los elementos. Los hombres no son los ingleses, sino los veintiún enemigos de la Segunda División. Y los elementos, más que tempestades, tienen que ver con lesiones, sanciones, juezas, Fiscalías, consejeros, oposiciones y partidos al mediodía.

En esta guerra de 42 batallas en la que apenas se han librado cuatro escaramuzas, el Betis cuenta con un ejército más poderoso y temible que las 127 naves que Felipe II convocó para batir a los ingleses. Es el beticismo. Dirán quienes no acostumbren a ir a La Palmera que eso es un tópico y que los hinchas no juegan los partidos. Craso error. En el Betis, los béticos sí juegan. No es ningún tópico e incluso habría que dudar de que sea una metáfora. Los tópicos y las metáforas no hacen que a un entrenador se le ponga la piel de gallina -palabras textuales del señor Mel- al ver cómo sus aficionados suben el volumen de las palmas cuando el barco amenaza con hundirse después de cinco años en los que sólo han tenido motivos para la depresión, cuando están en Segunda y cuando, encima, van perdiendo.

Al mediodía de un domingo de verano en Sevilla, 40.000 béticos acudieron a la llamada del Betis. La mejor entrada de Segunda, cuatro veces por encima de la siguiente, y de las tres mejores contando las de Primera. El Betis hace bien en cuidar a ese aliado. Con él, los hombres y los elementos no atemorizan tanto. Con ellos, con los béticos, con Mel y su particular batallón, el Betis no es la Armada, pero por ahora sí es Invencible.

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