Cofradías

42 buenas razones para no quedarse en casa

Las nazarenas de Las Penas salieron por primera vez en el cortejo de San Vicente.
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el 29 mar 2010 / 22:45 h.

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El palio de la Virgen del Rocío entra en la Campana y el Sacri canta una saeta al misterio de Las Aguas. Si no fuera por los plásticos que enfundan las colgaduras rojas de una fachada en Cardenal Cisneros cualquiera diría que el Lunes Santo está transcurriendo con normalidad.

El portón de San Vicente guarda silencio. Nada se sabe: ni dentro ni fuera. Eso sí, la gen­te va llegando a borbotones y los monaguillos endulzan la espera repartiendo los primeros caramelos. Bruno es uno de ellos. A sus seis años, este diminuto monaguillo de pelo rubio ha llegado de Má­laga con su padre: “Es mala­gueño, pero... –bromea el padre– pregúntale de qué equipo es”. La respuesta es inmediata: “Del Sevilla”. Al móvil de Bruno padre llega un sms desde el interior del templo: “Salimos”. Y así fue. A las 20.09 horas se descorre el ce­rro­jo, dando portazo a las nubes que aún se­guían paseándose por el Centro. La postal de la Cruz de Guía con los dos faroles fue recibida con una saeta a pie de calle. Tras de sí, los tramos de espigados nazarenos de ruán contenían la respuesta a la decisión valiente de no quedarse en casa: 42 nazarenas que por primera vez integraban el cortejo de San Vicente.

Sorteando las fuertes ráfagas de viento que dejaban a oscuras el palio de la Virgen de los Dolores, la cofradía llegaba a la Catedral pasadas las 22.30 horas. Una ligera llovizna retuvo los pasos en su interior. Pasado el susto, la comitiva retomó su vue­lta de una manera acelerada.

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