Cultura

432 páginas en el Tíbet de la mano de Andrés Pascual

Andrés Pascual, riojano de 1969, aún recuerda cuando vino a Sevilla como miembro del grupo pop 14 de Septiembre, que tuvo su predicamento antes de disolverse.

el 14 sep 2009 / 20:26 h.

Andrés Pascual, riojano de 1969, aún recuerda cuando vino a Sevilla como miembro del grupo pop 14 de Septiembre, que tuvo su predicamento antes de disolverse. Luego siguió la tradición familiar de la abogacía, pero la vocación literaria le esperaba agazapada en el futuro. Ahora, acaba de ver la luz su primera novela, El guardián de la flor de loto, que en apenas 20 días ha agotado su primera edición.

"Hice mi primer viaje al Tíbet en 2001, sin aspiraciones literarias ni buscando impresiones espirituales. Pero se abrió ante mí un abanico de colores, sabores y texturas que me animaron a escribir, eso sí lo tenía claro desde el principio, una novela de las gordas", recuerda. Después de una exhaustiva tarea de documentación, Pascual empezó a narrar con agilidad la peripecia de un personaje que se asoma a ese fascinante mundo en medio de una trama llena de intrigas, a partir del asesinato de un lama médico que ha viajado a Boston para mostrar a Occidente la sabiduría oriental.

"He tenido que aprender mucho del budismo, como forma de vida y como religión, la gastronomía, la pintura, la historia del Tíbet, sus conflictos... Todo sobre la gran burbuja que es aquello. Y también del trabajo de los cooperantes, pues algo de eso también hay", comenta Andrés Pascual.

El escritor, que asegura ser "de lo más receptivo" como lector, zambulléndose con la misma delectación en Marías o García Márquez como en los clásicos o en lo último de Noah Gordon, recuerda con orgullo que su abuelo fue autor de los míticos cuadernos infantiles Mis dictados, que llegaron a vender nueve millones de ejemplares. Él va paso a paso, pero la buena recepción de su novela parece garantizarle un notable éxito. "No deja de sorprenderme que haya gente que me diga que se la ha leído en tres días", apunta.

Tanto gusto le ha tomado a la cosa que, sin la menor demora, ya trabaja en su segunda obra. "No sé si volveré a Oriente en el próximo proyecto, pero sí desde luego a la narración de aventuras, sin descuidar el rigor previo", apostilla el novelista.

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