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5.000 docentes protestan en contra de los incentivos del plan de calidad

Los sindicatos minoritarios de la enseñanza lograron movilizar en Sevilla a miles de profesores que dejaron sus escuelas a las 12.00 y salieron a manifestarse contra los incentivos de 7.000 euros que contempla el plan de calidad. Exigen a la Junta la retirada de una medida "que distingue entre docentes de primera y de segunda".

el 15 sep 2009 / 05:11 h.

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Los sindicatos minoritarios de la enseñanza lograron movilizar ayer en Sevilla a miles de profesores que dejaron sus escuelas a las 12.00 y salieron a manifestarse contra los incentivos de 7.000 euros que contempla el plan de calidad. Exigen a la Junta la retirada de una medida "que distingue entre docentes de primera y de segunda".

Hoy por hoy, la Consejería de Educación tiene en las manos una orden de incentivos al profesorado que los sindicatos minoritarios rechazan de plano y que los sindicatos mayoritarios quieren modificar antes del verano. La famosa orden de los 7.000 euros nació de forma precipitada en los últimos días de la pasada legislatura, destinada a ser el mascarón de proa de un ambicioso plan para mejorar la enseñanza. En cambio se está convirtiendo en el primer gran escollo de la presente legislatura, y la Administración, por ahora, soslaya el asunto.

En torno a 5.000 profesores, según la Policía, interrumpieron ayer sus clases y salieron a la calle para manifestarse en una larga y bulliciosa comitiva que partió de la plaza de toros de la Maestranza a las 12.00 y se plantó, dos horas más tarde, ante las puertas de Torretriana (sede de la Consejería de Educación). Pese a la falta de personal, los centros escolares permanecieron abiertos y los servicios mínimos de atención al alumnado fueron cubiertos por los directores y jefes de estudios. Se trataba de un paro parcial que habían convocado Sadi (sindicato de interinos) Ustea, CGT y Apia y que teóricamente amparaba el derecho de huelga a todo el profesorado andaluz (más de 90.000 docentes). La Consejería de Educación cifró el seguimiento de la huelga en un 12,2% y los sindicatos convocantes en un 65%, y ninguno de los dos dio más detalles ni explicó de dónde salían esos porcentajes.

Aparentemente, la huelga tenía una reivindicación clara: obligar a la Consejería de Educación a retirar la orden de incentivos que compensa con 7.000 euros a los profesores que se hayan apuntado al plan de calidad que busca mejorar el rendimiento de los alumnos de aquí a cuatro años. Es un plan voluntario al que se han adherido el 35% de los colegios e institutos andaluces. Para apuntarse era necesario un consenso en los claustros que superase los dos tercios y no todos los centros han alcanzado ese límite. Por eso hay más profesores que apoyan los incentivos que centros. Un 45% dijo que sí y un 39% dijo que no.

En la manifestación estaban representados los sindicatos que respaldan el no porque lo consideran un "chantaje", porque piensan que la Junta quiere pagarles para que aprueben a más niños y así alcanzar las cotas de excelencia que se ha marcado el Gobierno para 2012. No deja de ser un plan voluntario, y por eso Educación ninguneó la protesta. Por eso y porque los sindicatos mayoritarios, los que están representados en la mesa sectorial, respaldan el plan de calidad y los incentivos.

Sin embargo, un sector del profesorado no se cree que el plan de calidad sea simplemente voluntario. Piensan que "ha fracturado los claustros" y "ha dividido al profesorado entre los que se supone que trabajan más y los que trabajan menos", "entre docentes de primera y de segunda". Cuando el plazo para inscribirse al plan aún estaba abierto, Educación anunció que primaría con más profesores y más recursos a los colegios que decidieran apuntarse. "Si les pedimos más, debemos darles más recursos", comentó el viceconsejero Sebastián Cano. Los manifestantes achacan a la Junta que, para compensar a los que más se esfuerzan en la escuela, hayan tenido que enfrentarles con sus compañeros. Ayer gritaban que querían más calidad en la enseñanza, pero que la orden de incentivos no era la fórmula más idónea para lograrla.

Sin diálogo. No hubo diálogo ayer entre los sindicatos manifestantes y Educación. La marcha fue encendida y armoniosa, pero pacífica. Cuando llegaron a la puerta de la consejería, alguien les comunicó que ni la consejera Teresa Jiménez ni el viceconsejero Sebastián Cano se encontraban en el edificio. Y los manifestantes se negaron a ser recibidos por un miembro del gabinete de "menor nivel".

Fue un grupo manifestante heterogéneo, no sólo porque a los docentes sevillanos se les unieron maestros de Huelva, Córdoba y Cádiz. Los sindicatos que aglutinan la protesta son tan diferentes y sus reivindicaciones han sido históricamente tan dispares que resultaba "surrealista" -según sus propias palabras- verles caminar juntos. Por eso, aunque la huelga era contra la orden de incentivos, para algunos se convirtió en una catarsis y acabaron desfogándose contra la consejería y reivindicando ratios más bajas, salarios más altos, cubrir las bajas con interinos o más control en el aula. Globalmente, la huelga de ayer fue minoritaria, pero desde 2002 no se habían visto tantos docentes manifestándose en Sevilla. En aquella ocasión contra la ley de educación del PP.

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