Serán 84 los carruajes que participarán en la exhibición. Estarán divididos en dos tipos de coches, aquellos realizados antes de 1950 -que reciben la calificación de vehículos antiguos-, y las réplicas de éstos, realizados en la segunda mitad del siglo XX.
Todos ellos optarán a los premios que otorga el Real Club de Enganches en los que se valorará la impresión del conjunto, la calidad, homogeneidad y belleza de los caballos o mulos, las guarniciones, la conservación y limpieza de los carruajes y la forma de vestir de los cocheros, lacayos y pasajeros.
Entre estos premios destaca el reconocimiento a la mejor mantilla española, "una de las tradiciones que se ha recuperado en la exhibición", según reconocía Ramón de los Ríos, director de comunicación del Real Club de Enganches de Andalucía, y que este año vuelve a contar con los diseñadores sevillanos Victorio y Lucchino como miembros de un jurado que formarán personalidades de prestigio a nivel nacional e internacional.
Con entradas a precios muy populares -desde los tres hasta los 12 euros- los organizadores esperan que el público sevillano llene hoy los graderíos de la Real Maestranza, "en una oportunidad de disfrutar de esta obra de arte para aquellos que no sean aficionados a los toros", explicó de los Ríos, director de comunicación del Real Club de Enganches de Andalucía. La predicción meteorológica, que anuncia lluvias, es la gran preocupación de los amantes de los carruajes.
El Pregón. La voz de Luis Miguel Martín Rubio sirvió ayer de antesala al gran pórtico de la Feria de Abril que es la exhibición de enganches de la Real Maestranza.
"Hecho a mano y a golpe de AVE", su pregón gozó de una extraordinaria acogida entre los numerosos asistentes que en la mañana de ayer se dieron cita en la sede central de Cajasol, en la plaza de San Francisco. Aunque el ex concejal del Ayuntamiento de Sevilla se confiesa como un "hombre de asfalto", sus palabras se convirtieron en un paseo por su propia existencia y por el cariño a las tradiciones recuperadas.
Su viaje literario le condujo desde el albero de la Maestranza al que inunda las calles del Real de los Remedios, donde el pregonero disfruta de una de sus pasiones, el paseo de caballos. "En la Feria se ven verdaderas maravillas y es de agradecer a todos los que ponen su patrimonio para que Sevilla lo contemple", señaló en las vísperas de su pregón. "El paseo de caballos hace única a la Feria y existe por el carpintero, el ebanista, el mayoral, todos lo que han conservado este apasionante mundo que hace que reluzca el metal, que el charol sea maravilloso y que la pintura se convierta en un espejo", declaró.
