No hay mejor libro de historia ni clase más didáctica que los muros de la iglesia colegial del Salvador. Desde hace mes y medio, el segundo templo de Sevilla muestra sus entrañas para explicar el origen de la ciudad y el uso sagrado que han otorgado a este céntrico enclave diferentes culturas (hispano-romana, visigoda, árabe y cristiana) a lo largo de los siglos. Todo en un paseo de 90 minutos tras la Huella de lo sagrado.
Así se llama este programa de visitas guiadas puesto en marcha por el Cabildo Catedral aprovechando el saber desenterrado en la restauración del templo, concluida hace cinco años. En grupos de diez a 25 personas como máximo, se accede a estancias singulares, como la cripta acondicionada tras la obra, el camarín de la Virgen de las Aguas y las terrazas y cubiertas desde donde disfrutar de unas vistas únicas que abarcan de la Giralda a las setas, pasando por el armazón de la futura Torre Pelli.
Este viaje en el tiempo se inicia con un descenso, curiosamente, a una de las cotas más alta de Sevilla y posiblemente el punto del nacimiento mítico de la ciudad con el asentamiento de los fenicios y en el que allá en el siglo I d.C. Julio César fundara la llamada Híspalis, explica Sergio Raya, uno de los guías. De la etapa romana quedan varias piezas, como un murete que queda visible sobre la fuente realizada para la musealización del subsuelo aprovechando las naturales filtraciones de agua subterránea proveniente del antiguo brazo del río que pasaba por la calle Sierpes, y cuyas crecidas y bajadas en función de las mareas están siendo hoy en día objeto de estudio.
El vestigio más significativo del primer uso del lugar como mezquita de Ibn Adabbas (siglo IX) son dos pilares y unas columnas, así como un paño del suelo original de su etapa cristianizada, de torno a 1600, que pisarían personalidades de la época, como Miguel de Cervantes o Martínez Montañés, apunta Raya. No busquen las originales aldabas de bronce de la puerta principal por el lateral de la calle Córdoba, pues están en el interior de la capilla de Pasión.
De la cultura árabe a la reconquista en unos metros. Un cartel marca el sitio exacto del mihrab, donde el rey santo erigió la capilla de la Virgen de las Aguas en una clara invitación a la conversión desde el bautismo. Antes cambió el eje litúrgico (en dirección este-oeste), ubicando el altar mayor en un lateral de la mezquita.
La expedición alterna también otras épocas más recientes (siglos XVII-XIX) a través de tumbas y enterramientos que colmataban la actual cripta. Fue uno de los primeros hallazgos en las excavaciones realizadas bajo la capilla de la Virgen del Rocío, donde saltó la alarma en 2002 con el desprendimiento de una piedra. Más de 250 cajas componen la peculiar oseoteca aún en fase de estudio que, a petición del Arzobispado, reposan en el lugar donde burgueses y comerciantes del entorno del Salvador recibieron sepultura.
Pero hay más. Otra de las estancias sirvió de fosa común para 1.500 niños de entre 1711 y 1850, se deduce que procedentes de la cercana Casa Cuna. Un cartel recuerda el punto exacto del hallazgo. Antes de subir a la iglesia y comprobar la luz propia de los templos consagrados al Salvador y el misterio de la transfiguración, un gran panel resume ocho siglos de historia y el paso de distintas civilizaciones, destacando en el siglo XVII el derrumbe de la nueva iglesia el mismo día de la inauguración. El arquitecto terminó entre rejas. No tiene cárcel pero sí está prohibido a excepción de la prensa hacer fotos del camarín de la Virgen de las Aguas, estancia que mandó construir el cardenal Francisco de Solís y Folch de Cardona en el XVIII. Aquí destaca un fresco concreto: el que hace referencia a la aparición de la Virgen a San Fernando en la conquista de Sevilla, con los anacronismos de la Giralda (que luce cuerpo de campanas) y el Puerto. Otros detalles relevantes son los relieves dedicados a la vida de la Virgen y el oratorio privado del cardenal, con una dolorosa de cera. En recuerdo de la gran devoción que tuvo la Virgen de las Aguas está el palanquín, donde se transportaba la imagen del Niño a la antigua Casa Cuna.
La tercera y última parada lleva a las alturas. Casi 200 escalones conducen a las cubiertas de la nave central, el punto más alto de la fábrica. Antes hay paradas en el triforio y en las terrazas de las capillas laterales. En ocasiones, en este mirador se puede avistar algún cernícalo primilla, especie protegida que anida en este templo. Y fin del trayecto. En un abrir y cerrar de ojos se alcanza la hora y media.
VISITAS NOCTURNAS DESDE EL 1 DE JULIO Lleva poco más de mes y medio y ya han pasado más de 450 personas. El programa de visitas guiadas a la cripta, el camarín de la Virgen de las Aguas y las cubiertas de la iglesia del Salvador parece consolidarse dentro de la oferta cultural de la ciudad. Si bien de momento predomina el público local, poco a poco, relatan desde el Cabildo Catedral, el turismo nacional y también el internacional empieza a interesarse por este producto que ofrece una visión global del segundo templo de Sevilla. De hecho, el programa que se reparten tres empresas dedicadas a la gestión cultural y la interpretación del patrimonio (Conocer Sevilla, Homo Artis y Engranajes Culturales) está versionado para poder atender la demanda de cinco nacionalidades diferentes: español, inglés, francés, alemán e italiano.
Pero mientras los foráneos descubren este enclave repleto de historia, el Cabildo Catedral se ha propuesto seguir acercándolo aún más a los sevillanos. Para ello ha diseñado una versión nocturna de las visitas coincidiendo con el periodo estival y la irrupción del calor en la ciudad. Esta modalidad se activará el próximo 1 de julio y estará en funcionamiento hasta el 15 de septiembre, aprovechando el fresco de la noche para recorrer la ruta que va desde el subsuelo hasta lo más alto de la colegial. La oferta veraniega contempla tres pases de lunes a jueves en horario de 21.00, 21.30 y 22.00 horas. Los viernes y sábados sólo habrá dos oportunidades para realizar este paseo: a las 22.00 y a las 22.30 horas. El objetivo de estas visitas nocturnas es ofrecer una nueva visión de la Huella de lo sagrado, con panorámicas con una luz distinta desde las terrazas y cubiertas de la iglesia. Eso sí, el precio se mantiene en 12 euros, la misma cuantía que actualmente se pide por persona. Y es que desde el Cabildo Catedral se recuerda que el coste fijado es la suma de todas las partidas fijas, por lo que insisten en que no se genera ningún beneficio con este producto.
Los interesados pueden realizar sus reservas a través de la página web de la Catedral (www.catedraldesevilla.es) dentro del programa Huella de lo sagrado. El grupo mínimo es de diez personas y el máximo de 25, para poder completar una ruta que muestra el otro Salvador.
