Seguro que a más de uno le sonará a chino el término flashmob. Para el que no lo sepa, se trata de una acción organizada en la que un gran grupo de personas se reúne de repente en un lugar público, realiza algo inusual y luego se dispersa rápidamente.
Los que sí lo saben quizás sea porque participaron en el primero realizado en Sevilla el 14 de febrero de este año, hace escasos tres meses, donde cientos de jóvenes congelaron el tiempo en la Avenida de la Constitución. Si no pudo participar en este primer flashmob sevillano, ahora tiene una segunda oportunidad porque, con motivo del Día Internacional de la Danza, se están organizando actividades en varias actividades y, entre ellas, se ha convocado un Flash Dance Mob para el sábado 1 de mayo en la Plaza del Salvador.
Pero para que la cosa salga bien hay que prepararse, y por ello, si está interesado en aprender la coreografía para participar en esta peculiar actividad todavía tiene tiempo de acercarse hoy a la Pista Digital de la Isla de la Cartuja para que le enseñen los pasos necesarios para dejar a los transeúntes con la boca abierta.
Además de esta iniciativa, durante toda la semana se han estado haciendo otras actividades, como el taller de videodanza que se realizó ayer en la Universidad Pablo de Olavide.
Una carpa servía como mini-estudio de grabación para que todo el que quisiera se pusiera a bailar algo delante de una cámara, y así montar después una videodanza con imágenes de los participantes. Desde rap a sevillanas bailó un grupo de mayores del centro de adultos del Polígono Sur, porque dicen que "cuando hacemos estas cosas, se nos quitan todos los dolores".
No obstante, todas estas actividades son como una preparación para el plato fuerte de la semana, que será el flashmob convocado en El Salvador.
Esta moda de la multitud instantánea, como se traduce literalmente, surgió en EE.UU. El primero que tuvo éxito se realizó en 2003 en Nueva York, en el departamento de ventas del centro comercial Macy's. Los más de 100 participantes subieron a la novena planta, donde estaba situado el departamento de alfombras, y se reunieron alrededor de una de ellas, de muy alto precio.
A cualquiera que preguntarale contestaban que vivían juntos en un almacén a las afueras de Nueva York, y que todos ellos habían acudido a comprar La alfombra de amor, ya que todas sus decisiones las tomaban en grupo.
A partir de ahí se han dado ejemplos de flashmob de diferentes tipos, en los que a veces se baila, como en el organizado en la estación central de Amberes en Bélgica, uno de los más espectaculares; en otras los participantes se quedan congelados, el más mítico es el la Estación Central de Nueva York, y también fue así el de Sevilla; o simplemente se hacen cosas absurdas como peleas de almohadas, cacareos o fingidos desmayos masivos.
La forma de organizarse también es peculiar, ya que no necesitan medios de comunicación para coordinarse y actuar de manera conjunta. Se apoyan en la tecnología las redes sociales, foros... para crear una gran cadena que es capaz de convocar a miles de personas. Y a todo esto, muchos se estarán preguntando ¿Por qué lo hacen? ¿Por qué un montón de gente desconocida se reúne para hacer cosas, a veces absurdas? Pues, sencillamente, por diversión.
