Me cuentan que hay mucha gente preocupada por lo que pueda pasar en las próximas horas en Écija. Despedir a seis hijos del pueblo es muy duro. Y no para unas cuantas personas, sino para sus 40.000 habitantes. Por esa razón, me gustaría que cada cual lleve su pena con respeto y sin pretender culpar a nadie de lo que ha ocurrido, fruto, sin duda, de la mala suerte. Los braseros nos pueden reconfortar en ocasiones, pero también se pueden convertir en una trampa mortal que te atrapa sin que te des cuenta. El avance de los forenses tras las autopsias realizadas no ha dejado lugar a posibles dudas. Las seis víctimas del incendio perecieron como consecuencia de la inhalación de monóxido de carbono, y no por las llamas en sí. El infortunio se cebó con esa familia, y todo un pueblo llorará por esas personas. No busquemos culpables, y ahoguemos la pena en la resignación del momento. Nada se puede hacer ya. Mejor rezar por ellas, que no levantar la voz. Por respeto.
Periodista
shachuel@unionradio.es
