España tiene hoy en Viena un cita con la historia, la que la maltrata desde hace 44 años, cuando logró el único título que posa en sus vitrinas, la Eurocopa de 1964, ganada a la Unión Soviética en el estadio Santiago Bernabéu.
Desde entonces, nada de nada, salvo una final del torneo del Viejo Continente en 1984. Un subcampeonato de triste recuerdo por el error del mítico portero realista Luis Arconada, que dejó la preciada copa en Francia.
El Ernst Happel de Viena será testigo del primer gran combate de la Roja en la competición austríaca. Un España-Italia es un clásico por antonomasia, un duelo fratricida, en el que un grande quedará fuera antes de tiempo. De nuevo Italia se puede cruzar en el camino de España, que no vence a la escuadra azzurra en partido oficial desde 1920, en los Juegos de Amberes, aunque lo hizo en envite amistoso el pasado mes de marzo en Elche (1-0).
Los recuerdos se agolpan en la mente de los españoles, que no olvidan el codazo de Tassotti a Luis Enrique en el último duelo de competición entre ambos conjuntos (Boston, 1994), también en cuartos. El rostro y la camiseta manchados de sangre del asturiano han vuelto a la mente, y ahora se busca revancha.
Italia era el rival menos deseado. Luis no lo quería, aunque sabía que había muchas opciones de encontrarlo tras la primera fase. Por eso ha tratado de imbuir a sus jugadores el carácter competitivo de los transalpinos. Aragonés envidia el oficio del rival y su defensa feroz. "Es la mejor del mundo", ha declarado.
La iniciativa. El técnico es consciente de que Italia dejará la iniciativa a España, que deberá ser propietaria del balón. La azzurra tiene un estilo muy definido desde sus orígenes y es fiel a él. Italia espera para asestar el golpe definitivo cuando nadie se lo espera y España deberá explotar una de sus principales armas: el toque. Será la forma de asaltar el área de Buffon, el mejor portero del mundo, que mantendrá un bonito pulso con Casillas, al igual que Luca Toni con David Villa en ataque. Los hombres de Luis tendrán la bola, pero deberán cuidar la defensa y las jugadas a balón parado, pues de esta forma recibieron dos de los tres goles que han encajado en la fase de grupos.
Luis dispondrá de su once de gala, el que ganó los dos primeros partidos, ante Rusia y Suecia, con Villa y Torres como estiletes. En defensa, alineará a Sergio Ramos, con el que ha tenido el último incidente de una concentración, en general, tranquila. Ninguno de los dos respetó lo que el técnico llama los códigos del vestuario y lavaron los trapos sucios a la vista de todos.
Italia debutará en tierras austríacas, después de haber disputado su partidos de la primera fase en Suiza. El seleccionador, Roberto Donadoni, no podrá contar con los sancionados Pirlo ni Gattuso, además de los lesionados Cannavaro y Barzagli.
Italia, que quiere sacudirse el papel de favorito que le confiere España, no se ha tomado en serio las declaraciones de Luis sobre Gattuso, al que restó peso e importancia en equipo. Panucci y el propio Gattuso quitaron peso a las manifestaciones.
Fueron la primeras batallas psicológicas entre ambos conjuntos. La gran pelea se dirimirá hoy en el estadio Ernst Happel de Viena. En él, la selección española espera romper con la historia y superar la fatídica muralla de cuartos de final.
