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A ganarse un grupo dividido

El Manuel Ruiz de Lopera fue ayer el escenario del trasvase de poderes entre Paco Chaparro y Héctor Cúper. Ni media palabra se cruzaron los entrenadores. El argentino se despidió de los que fueron sus futbolistas y se abrió el camino a la era de Paco Chaparro. (Foto: Antonio Acedo)

el 14 sep 2009 / 21:05 h.

El Manuel Ruiz de Lopera fue ayer el escenario del trasvase de poderes entre Paco Chaparro y Héctor Cúper. Ni media palabra se cruzaron los entrenadores. El argentino se despidió de los que fueron sus futbolistas y se abrió el camino a la era de Paco Chaparro.

Corren malos tiempos en el Betis, lógicamente. La llegada de Paco Chaparro y su nuevo cuerpo técnico, con Juan Merino y Carmelo del Pozo, se escenificó ayer en el Manuel Ruiz de Lopera. Chaparro y los suyos dejaron paso primero a que el ex entrenador Héctor Cúper se despidiera de los que fueron sus futbolistas. El argentino llegó sin sus ayudantes, Alfano y Siviero, a eso de las diez al estadio verdiblanco, fue recibido por Manuel Reyes, jefe de prensa, y se pasó por los vestuarios para en un tono muy cortés agradecer a la plantilla las ganas y el esfuerzo que habían ofrecido durante su etapa como entrenador del equipo.

Cúper llegó y se fue muy serio del estadio bético y sin realizar ninguna declaración.

Chaparro y el actual cuerpo técnico no dialogaron con Cúper y rápidamente comenzaron a trabajar en lo que fue su primera sesión de entrenamiento.

La disposición de los jugadores ante la llegada del nuevo técnico fue en la sesión de ayer muy buena, aunque eso es algo que ocurre siempre cuando se produce un cambio de entrenador. Otra cosa es lo que se comenta de forma privada y aunque no sea una tónica habitual cuando un equipo va mal, hay un grupo muy importante de jugadores que estaba a muerte con el anterior técnico, Héctor Cúper, y que ha lamentado que el argentino haya tenido que hacer las maletas.

Chaparro debe implicar a estos futbolistas, que por cierto son la gran mayoría de la plantilla. Ayer, en el debut, todo fueron ganas e ilusión, pero el camino es largo y se necesita de todos para sacar al Betis de la situación en la que se atraviesa. Por el momento, Chaparro no ha utilizado ninguna de sus tácticas psicológicas para motivar al futbolista, aunque en las próximas semanas comenzará a motivar a los suyos.

Otro problema con el que se encuentra Chaparro es con otro grupito de futbolistas que están prácticamente desconectados de la realidad del equipo y de lo mucho que hay en juego. Futbolistas como Babic o el propio Mark González deben ponerse las pilas en este aspecto si quieren convencer a Chaparro, quien apelará al discurso del sentimiento especialmente con los jugadores canteranos, los únicos a los que ahora puede asirse el nuevo técnico.

Castaño, seguro del éxito. El único miembro del consejo de administración que se refirió ayer a la llegada de Paco Chaparro al banquillo fue Manuel Castaño. El dirigente declaró que "seguro que salvará al Betis. Creo que será en la primera vuelta cuando este técnico saque al equipo de los puestos de descenso. Hay plantilla para estar más arriba". La primera prueba de fuego será el domingo ante el Villarreal.

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