Cultura

"A Jesús Quintero le gusta salir divino, pero en mi libro sale humano"

ENTREVISTA A JAVIER SALVAGO, poeta. Tras su duro primer volumen de memorias, donde abordaba su alcoholismo y la represión que le rodeaba en sus años juveniles, el poeta de Paradas regresa con una segunda entrega, titulada ‘El Purgatorio’.

el 26 may 2014 / 23:24 h.

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Javier Salvago hace un repaso de su larga trayectoria como guionista de radio y televisión en la segunda entrega de sus memorias. Javier Salvago hace un repaso de su larga trayectoria como guionista de radio y televisión en la segunda entrega de sus memorias. No hablo mal de nadie, solo cuento las cosas que he visto. Un libro de memorias no es la verdad tal cual, sino como la recuerda el autor”. Es la advertencia de Javier Salvago (Paradas, 1950), que el próximo viernes presentará en la FLS su segundo volumen de memorias, El purgatorio, donde cuenta sus años adultos y su trabajo como guionista de Jesús Quintero, Encarna Sánchez y Gabilondo, entre otros. ¿Teme que le acusen de severo por el tratamiento que hace de algunos personajes en su libro? Yo soy muy duro conmigo y a veces no me doy cuenta de que también lo puedo ser con los demás. Es mi manera de ser. Para mí, hablar bien de alguien es decir la verdad y hablar mal contar mentiras. Yo no hablo mal de mí cuando digo que soy vicioso, socialmente torpe y otras lindezas. Es lo que hay. A mí si alguien es un sinvergüenza me gusta decir que es un sinvergüenza, no un santo y eso no es hablar mal. Siempre me gustó más el Bécquer golfo y sifilítico que el angelical que pintaban sus amigos... Pero trabajar 30 años con Jesús Quintero sin un contrato, no le gusta a nadie... No es culpa de Quintero. Ya cuando llegué a la SER me dijeron que me hiciera autónomo, y así he seguido, como la mayoría de la gente de la profesión. Fui un idiota, pero lo hice porque quise. ¿Quintero ha leído el libro? Hablamos unos días antes de que saliera y le conté. Me dijo: 'Ah, muy bien'. Pero no sé si lo ha leído. No sé si le gustará como sale, porque a él le gusta salir divino y aquí sale humano. De todos modos, a mí me parece mucho más divertido y mucho más atractivo como personaje humano que divino. Aparte de que nadie es divino, salvo Dios, y no está demostrado que exista. Lo seguro es que Quintero aparece como un vanidoso en medio de una gran feria de las vanidades. ¿Es el gran pecado de ese medio? La vanidad y la soberbia. Nadie que esté delante de un micro, de una cámara, encima de un escenario, en una tribuna, nadie que vaya por la calle jaleado por sus fans, escapa de eso, a no ser que tenga un coco muy firme. Estas personas, además, se rodean de gente que continuamente les dice lo buenos que son, como pasa con los políticos, con todos los poderosos. ¿Nunca le impresionaron los famosos que pasaban por el plató? Podría haber presumido de estar 30 años con los mejores, en la Champions League de la comunicación, de haber conocido a los personajes más importantes de España y a algunos del mundo. Pero me apliqué siempre la frase de Paco Brines: «A debida distancia, cualquier vida es de pena». No hay genios ni monstruos sagrados, nadie vale más que nadie porque dé patadas a un balón o gane un Oscar. Eso ha sido siempre una justificación para las castas y los privilegios, para que unos lo tengan todo y otros nada. Le regaló un libro suyo a Iñaki Gabilondo, y años después apareció en una librería de viejo. ¿Debería avergonzarse el periodista? No, no, a mí me hizo gracia. Era un regalo que él no había pedido, pero bueno, probablemente ni siquiera se lo llevó a su casa... Creo que era un libro que estaba bastante bien, cualquiera con sensibilidad no lo tiraría. Pero son anécdotas. Encarna Sánchez, con quien también trabajó, sale peor parada. Usted llega a usar el término psicópata para hablar de algunas estrellas mediáticas, aunque lo matiza. El mundo está gobernado por psicópatas, no se explica de otro modo que esté tan mal. Gente sin escrúpulos ni conciencia, a quien no le importa nadie, encantadores de serpientes que usan a todos en su beneficio, depredadores natos mejor dotados que todos nosotros para enriquecerse, gobernar y triunfar porque no tienen moral. ¿No hay que ser un psicópata para echar a 50.000 familias de su casa, para hacer las políticas que se están haciendo? ¿Los hay en los medios? Es lo mismo: gente que dice que ama la Humanidad, y solo se aman a sí mismos. Da igual que estén en un banco o delante de un micrófono. Mario Conde nos contó una vez que para llegar a ser banquero había que tener instinto criminal. Conoció a la Pantoja cuando era el centro de todos los chismes. ¿Se sintió testigo de la Historia? Yo estaba allí, trabajando en el programa de televisión de Encarna, pero no me di cuenta de nada. Fue María Navarro quien me avisó de que ésta estaba muy rara, como enamorada. Pero yo nunca pude imaginarme que aquello pudiera derivar en una pareja, como parece que ocurrió, según la rumorología. ¿Ahí descubrió que las celebridades ricas son muy avaras? Bueno, les cuesta mucho soltar porque se creen que ellos son los importantes, los que se lo merecen todo y que los demás están ahí para ayudarles por su cara bonita. Usted reclama que los libros de Quintero son más suyos que de él... No, yo no reclamo nada. Solo he dicho que los libros, como casi todo lo demás, los escribo yo porque ese es mi trabajo. Por eso me pagan: por escribir. Quintero es un gran comunicador, un artista en lo suyo, pero no es un escritor. De hecho, esa es su gran frustración: no ser escritor. A mí me lo ha dicho mil veces. Fue de los primeros en desertar del entusiasmo del PSOE. ¿Lo vio claro, fue intuición...? Yo creía muchísimo en Felipe, en Alfonso, en el cambio, hasta que vi en qué se convertían. Los primeros síntomas fueron muy evidentes. Muy pronto ya no se pudo defender la utopía, porque se reían de ti. Felipe nos volvió viejos, pragmáticos, interesados. También denuncia la manipulación de los medios. ¿Es algo connatural a ellos, o una deformación? Hombre, los que manejan los medios son los poderosos, los que tienen el dinero y ellos son los que imponen la visión. La gente, los currantes, saben perfectamente donde entran cuando entran en TVE, en ABC o en el País. No hay que decirles lo que deben y no deben decir. ¿Los gobiernos tienen responsabilidad en la telebasura? Es la encarnación de esa TV hecha para analfabetos funcionales. Y escribe libros, ahora todo el mundo los escribe. Bueno… Cada día es más difícil ir a una librería y pedir un libro de un escritor. Si mañana le llama Quintero con una oferta de trabajo, ¿la oirá? Por supuesto. No tengo ningún problema con él. Este libro estaba escrito hace tiempo y, de hecho, estuvo colgado en mi blog más de tres años. Esto no es nuevo. No ha pasado nada, que yo sepa, salvo que he contado mi vida y en esa vida sale él porque he estado treinta años a su lado, pero nada más.

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