El juzgado de instrucción 19 de Sevilla ha convocado el próximo viernes a los padres de una bebé de 28 días que murió asfixiada con un papel en la tráquea para la comparecencia prevista en la Ley del Jurado, donde el fiscal les imputará un presunto delito de homicidio.
La pequeña murió el 31 de agosto de 2009 asfixiada con un papel en la tráquea tras ser trasladada por su propia familia al hospital Virgen Macarena de Sevilla, hechos por los que el padre cumple prisión incondicional desde entonces.
Fuentes judiciales han explicado a Efe que el juzgado ha accedido a la petición de la Fiscalía y ha acordado convocar la comparecencia prevista en la Ley del Jurado, como tribunal competente al tratarse de un presunto asesinato.
En dicho acto el fiscal concretará los delitos que imputa a los acusados, previsiblemente un homicidio en el caso del padre, y se opondrá a la libertad que ha vuelto a solicitar su abogado, han explicado las citadas fuentes a Efe.
La pequeña fue atendida a las 7.00 horas del 31 de agosto de 2009 en el hospital, donde ingresó cadáver, y la autopsia halló una bola de celulosa en la tráquea, por lo que el informe forense apuntó a indicios de un posible homicidio.
El padre cumple desde entonces prisión incondicional sin fianza y la madre quedó en libertad con cargos el 6 de noviembre, tras declarar ante la juez que no se enteró de lo sucedido, pues estaba dormida.
Previa a la convocatoria de dicha comparecencia, la juez de instrucción ha dado traslado del caso a las posibles partes afectadas, en especial los abuelos del bebé.
La pequeña, que tenía 28 días de vida, fue llevada al hospital por sus propios padres pero los médicos solo pudieron certificar su fallecimiento.
El padre explicó que había puesto un trozo de pañuelo de papel a la pequeña para taponar una pequeña herida en el labio, pero lo voluminoso de la bola de celulosa que tenía alojada en la tráquea llevó a la juez a decretar su ingreso en prisión, luego confirmado por la Audiencia provincial.
Los padres, que tienen antecedentes penales, residían en un barrio próximo al hospital y, según los vecinos, la noche en la que se produjo la muerte de la niña mantuvieron una fuerte discusión.
