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Tribuna de Josu Gómez Barrutia, presidente de la Asociación Progresistas de España, que a las 20 horas presenta su libro ‘¿Y ahora qué? El nuevo socialismo’ en el Meliá Sevilla.

el 15 sep 2011 / 17:08 h.

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Josu Gómez Barrutia, presidente de la Asociación Progresistas de España, presenta hoy su libro ‘¿Y ahora qué? El nuevo socialismo’, cuya presentación correrá a cargo de Odón Elorza. A las 20.00 horas en el Hotel Meliá Sevilla.

Decía el genial poeta Gabriel Celaya que la Poesía era un arma cargada de futuro. Y es que si la Historia ha demostrado algo es que la cultura en su conjunto es el mayor motor de progreso y transformación que una sociedad tiene a su alcance. Hoy, cuando la frialdad del vil metal, de las cifras macroeconómicas y el sistema competitivo global neocapitalista empuja a las sociedades a rehusar de su parte más humana y dejar paso de esta forma a su parte más material, la reivindicación del sentimiento, de la cultura de la generosidad es fundamental para oponer ante quienes buscan un modelo desigual, injusto y falto de libertad otro modelo, un modelo humano, en donde la búsqueda de la acción colectiva y decidida de quienes creen en otro modelo sociopolítico y económico sea un escudo con el que protegerse de quienes, a golpes de informes de recalificación de deudas públicas, quieren debilitar a los Estados y comprar a precio de saldo derechos y libertades fundamentales. En definitiva, acabar con la Democracia.

Hoy, cuando las desigualdades en nuestro Planeta entre quienes viven y quienes sobreviven son cada vez mayores en un mundo donde los mercados cabalgan con fuerza doblegando a Estados y naciones en pos de un modelo neocapitalista, los versos de Celaya tienen la misma relevancia y fuerza que cuando fueron escritos pidiendo lucha y compromiso social en aquellos años en donde en España se luchaba frente a la dictadura por una democracia. Y es que, hoy como entonces nuestra sociedad necesita de nuevo de la unidad de acción y de la resistencia activa de una ciudadanía que debe y tiene la obligación de alzar su voz frente a quienes ven en la reducción de los servicios públicos y en concreto de la Sanidad y la Educación perfectas monedas de cambio para poner fin a una crisis económica, que en el ámbito de los mercados sólo ha producido beneficios y exceso de liquidez.

De esta forma, hoy la puesta en marcha de contramedidas a unos mercados de voracidad ilimitada se presenta como un elemento fundamental para salvaguardar nuestro sistema democrático. Medidas que, de la mano de la movilización de la sociedad civil progresista, deben reivindicar la puesta en marcha de actuaciones como: la eliminación de los paraísos financieros, la Regulación del sistema financiero europeo y la imposición real y efectiva de un Impuesto a las transacciones financieras destinado a reducir la especulación e incrementar la recaudación fiscal o la creación urgente de una agencia pública de calificación como contrapeso al poder de las agencias públicas privadas de calificación que hoy “se guisan y se comen” sus propios informes al gusto de los mercados. Éstas son, unidas a la búsqueda de una armonización fiscal en Europa y la apuesta por una Banca pública, algunas de las medidas que desde la lógica progresista hoy deben defenderse por parte de la ciudadanía, y como diría Celaya, salir a la calle que ya es hora de pasearnos a cuerpo y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo.

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