Sevilla se sitúa a la vanguardia de la fabricación de útiles de diamante. Diamanstone, la primera fábrica andaluza del sector y la más avanzada de Europa, abre sus puertas en la localidad de Salteras para satisfacer una demanda que antes acudía, en gran medida, a mercados asiáticos.
La experiencia acumulada durante los 39 años en los que José Joaquín Manzano Arriero se dedicó profesionalmente a este sector, a lo largo y ancho del mundo, se ve representada hoy en Diamanstone, empresa que ahora preside y que encarna el primer centro de producción de útiles diamantados andaluz.
La nave de 3.000 metros cuadrados, ubicada en la localidad de Salteras, ha supuesto una inversión de casi seis millones de euros, de los que el 20% ha sido aportado por a la Consejería de Innovación. El negocio pertenece en un 60% a Manzano y en un 40% a la firma granadina SIMA.
Estos utensilios son necesarios en un gran número de actividades, como la piedra, el mármol, la automoción o la aeronáutica, entre otros. Si bien la construcción es el principal nicho de mercado en la región. En este sentido, Manzano afirma "no tener miedo" a la depresión que vive el ladrillo. "Venimos a ofrecer algo que se echaba en falta: una empresa capaz de adaptar el producto a cualquier exigencia y necesidad del cliente".
De este modo, explica que lo más habitual es que las empresas que fabrican maquinaria con útiles diamantados acudan a la importación, sobre todo de países asiáticos, como hacía SIMA.
"Estas piezas que vienen de fuera suelen ser productos en serie y de poca calidad", apunta.
Ésa es una de las claves del negocio, ya que una herramienta no termina siendo más barata por su precio inicial, sino por su capacidad de reutilización y precisión.
"Por eso hemos creado la planta más avanzada de Europa. La tecnología punta no sólo abarata los costes de producción, sino que ofrece un acabado superior en todos los sentidos", destaca.
"Los que para competir lo reducen todo a una cuestión de precios están equivocados, hay que apostar siempre por la calidad y la innovación", indica Manzano. "Aquí tenemos técnicas poco o nada vistas en Andalucía, como los hornos de cortocircuito o la soldadura por láser. Además, todo está robotizado".
Según el presidente de Diamanstone, este año el volumen de negocio será "humilde" -no más de tres millones-, ya que lo que prima es la puesta a punto de la fábrica. "Tenemos que poner en marcha cada línea de producción poco a poco". Hay que desarrollar la red de puntos de ventas -que ya opera en España, Arabia Saudita y el Norte de África- y, además, formar a la plantilla, "que es el principal problemas que he encontrado", subraya. "En Andalucía hay bastantes titulados, pero con poca experiencia". Según sus estimaciones, la planta estará en pleno rendimiento en tres años, fecha en la que vaticina que dará empleo a 80 operarios y podrá facturar unos 20 millones de euros anuales.
Este año, Diamanstone necesitará un millón de quilates de diamantes sintéticos para cubrir la producción. Con ellos se realizan las aleaciones con diferentes metales en polvo a través de la técnica del fritado (usada para obtener titanio), de modo que la herramienta metálica final se compone en un 40% de diamante.
