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A las ricas y gordas sandías

Este célebre concurso de sandías y uvas arroja cada verano dimensiones desproporcionadas. El mayor racimo de uvas ha pesado 4.090 gramos y la sandía más grande, 44 kilos. Los dueños necesitan la ayuda de los asistentes para colocar su género en la balanza. Foto: El Correo.

el 15 sep 2009 / 09:15 h.

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Este célebre concurso de sandías y uvas arroja cada verano dimensiones desproporcionadas. El mayor racimo de uvas ha pesado 4.090 gramos y la sandía más grande, 44 kilos. Los dueños necesitan la ayuda de los asistentes para colocar su género en la balanza.

El concurso más pintoresco de Los Palacios y Villafranca se celebra ya dos veces en el mes de agosto: primero en la velada organizada en torno a la patrona, Nuestra Señora de las Nieves, que sale hoy en procesión; y luego a finales de mes, en plena feria del pueblo, organizado entonces por la cooperativa Las Nieves.

En el primer certamen, del que se encarga el Ayuntamiento, el racimo de uvas lairén más pesado ha alcanzado cuatro kilos y 90 gramos. Su propietario, Sebastián Gómez Falcón, es ya un experimentado agricultor que cada verano intenta superar el récord de 5.600 gramos que consiguió hace unos años. En cuanto a la modalidad de sandías, el hiperbólico fruto de esta edición pesa 44 kilos y llega, como muchos otros años, del campo de Juan Rodríguez García, más conocido como El Platero.

Las marcas de este año no sorprenden entre los agricultores palaciegos, pues la granizada de hace tres semanas se encargó de restar brío a las matas. En cualquier caso, los concursantes se han esforzado por mimar sus géneros antes de presentarlos el pasado sábado en la verbena de la plaza de España.

Trucos. Aunque el proceso de crianza es algo popular y todo el mundo sabe que la estrategia consiste en ir talando "nietos" de la mata principal para que toda la sabia disponible engorde al fruto señalado, cada agricultor tiene sus propios trucos, que van desde determinadas exposiciones al sol según la hora del día a diversas disposiciones de ventilación para que el fruto no se pudra, pasando incluso por agujas que han de clavarse en algunas ramas o tallos o la colocación de mosquiteros para evitar picaduras.

Tanto es el secretismo de cada concursante, que algunos incluso vigilan que los "espías" no se acerquen por su campo para descubrir la receta mágica que permite criar sandías que superan los 60 kilos. Quien sí se acerca por el terrón, pero al principio, es un técnico de la Concejalía de Agricultura para sellar el racimo o la sandía candidatos al certamen, pues, como en toda ciencia, también existe la picaresca y hay quien compra el fruto en otro sitio para presentarlo.

Los primeros premios de cada modalidad se han llevado 180 euros y una placa. Tanto El Platero como Sebastián han conseguido más de un premio, así que tienen en sus casas vitrinas repletas de trofeos.

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