-¿Están vacunados Andy & Lucas contra la crisis?
-No nos podemos quejar, pero si dijera que la crisis no nos afecta, mentiría. Hombre, con la que está cayendo, mantener las ventas y vender prácticamente todo el papel en la gira es una pasada. Por otra parte, notamos la situación como todo el mundo: antes dábamos 80 conciertos y ahora te das con un canto en los dientes si llegas a los 40, y eso con los cachés rebajados... Nadie está a salvo.
-¿Qué han hecho bien para notar menos la tempestad?
-En efecto, hemos hecho la tarea. La gente de la calle, que hoy te quiere y mañana tal vez no, ha querido premiar nuestro trabajo; el disco ha gustado bastante y nos lo demuestran con su respaldo. También hemos ganado en madurez, se nota que han pasado los años. Antes estábamos todo el día de cachondeo, y en este último disco se nota que nos lo hemos tomado un poco más serios.
-Imagino que en sus comienzos ni siquiera soñaban con el éxito que acabarían alcanzando. ¿Cómo se digiere eso?
-Para nosotros fue un cambio muy brusco. Pasamos de estar ensayando en Cádiz, actuando allí donde podíamos, a irnos a Madrid y hacer el disco del año. Eso es mejor que si te toca el Gordo de Navidad. Después de ocho años dando la lata, el éxito ya forma parte de nuestras vidas. Si mañana salgo a la calle y no me piden una foto o un autógrafo, me sentiré raro. Pero nunca habríamos imaginado que actuaríamos en tantos sitios de América, por ejemplo, o que conoceríamos a gente como Chayanne o Ricky Martin, que antes sólo existían para nosotros en la tele.
-Incluso han puesto canciones suyas en las pruebas de acceso del Bachillerato. ¿Son un buen ejemplo Andy & Lucas para los chavales?
-Malos no somos, creo yo [risas]. Y si nuestra música gusta, algo bueno tendremos. Hemos ido a muchos institutos a dar charlas, a animar a los chavales a que estudien, a que no se desvíen de su camino y que luchen por sus sueños, y en eso sí podemos ponernos como ejemplo. Por otra parte, en el primer disco hicimos una canción contra el maltrato a las mujeres, también hemos hablado de paro... No nos gusta estar en la polémica, pero sí apoyar en lo que podamos en causas que creamos justas.
-El disco Pido la palabra, de hecho, está dedicado a Marta del Castillo. ¿Por casualidad?
-Yo tenía la idea de hacer un tema sobre la Ley del Menor, pero Lucas me paró los pies y me dijo que él tenía una idea avanzada. Era este tema. Luego Lucas consiguió el teléfono de Antonio y Eva, los padres de Marta. Fuimos a verlos sin saber cómo sentaría la canción, pero fue un momento muy emotivo. "Mejor no se puede hacer", fue lo que nos dijo Antonio. Ahora seguimos el juicio por televisión, y esperamos que la familia obtenga justicia.
-¿El concierto de hoy en Sevilla será especial por ello?
-Teníamos la idea de hacer algo, lo iremos viendo sobre la marcha. El mensaje estará presente, eso seguro, pero nos dejaremos aconsejar por unos y otros, porque no se trata de hacer cualquier cosa, sino algo que realmente tenga sentido.
-Le pregunto ahora por un tema de actualidad: la piratería y la Ley Sinde. ¿Qué postura mantienen al respecto?
-Hablando un día de esto con José Manuel Soto, le oí decir una cosa que tiene toda la lógica: que internet ha perjudicado la venta de discos, pero por otro lado se está haciendo mucha promoción gratuita. Hay incluso artistas como Pablo Alborán, del que toda la información que recibimos es a través de internet, que se ha forjado en ese medio. El tema es que en Francia o Alemania hay que pagar algo para descargarte música, y aquí te lo bajas y punto. Tendríamos que luchar un poquito, porque si no se venden discos, o el artista se va a su casa o no le hacen promoción, lo que viene a ser casi lo mismo. Esperamos que la Ley Sinde, con los retoques que hagan falta, salga adelante como una campeona.
-Otra cuestión controvertida es lo difícil que se ha puesto para los grupos nuevos encontrar dónde tocar. Problema que ustedes no tienen, claro...
-Para los grupos noveles, la crisis y todo lo que está pasando es una putada. A la gente joven hacer música hoy les cuesta el dinero. Hay sitios que se enrollan y dan facilidades, pero en otros pegan unos puyazos que te quitan las ganas de ir. Como dice Lucas, hay que mirar la parte buena de lo malo: la crisis ha hecho limpieza, ha quitado mucha porquería de en medio, pero a cambio cuesta la misma vida salir adelante. Mi novia tiene una maqueta con temas bastante chulos, a la Sony le gustó pero le dijeron que sencillamente no hay presupuesto para grupos nuevos. Y todo el mundo está igual.
-Modestia aparte, ¿cuántos imitadores de Andy & Lucas llevan computados?
-Muchos, la verdad [risas]. Puede decirse que cuando nos dimos a conocer, "creamos" entre comillas un estilo que, por otra parte, era lo que hacían Los Pecos 25 años atrás. Salimos, pegamos y toda la chavalería vino detrás. Te sientes orgulloso, claro; está bien que te sigan, pero por otro lado, quieras o no, trabajo te quitan si los contratan en un pueblo y a nosotros no... Hace poco estuvimos con Los Rebujitos, que son de nuestra cuerda aunque tengan su propio rollo, y se declaran fans nuestros. Nos gusta.
-Ahora que estamos en Carnavales, ¿ya no les tienta verse en una comparsa?
-Ésa es la pregunta del mes [risas]. Al ser de Cádiz y haber mamado desde chiquitito las tablas, llevo ya dos o tres años intentando meterme por ahí de estraperlo. Hace tiempo salió el tema con Juan Carlos Aragón [autor carnavalesco], pero lo difícil es ir a la calle. No sé si algún año nos tiraremos al charco, como hicieron el año pasado Los Morancos, pero una comparsa, que es lo mío, es una cosa demasiado seria como para improvisarla.
