Local

«A los trabajadores se les ha enseñado a doblegarse para obtener un empleo»

Entrevista a Santiago Jiménez (IU), alcalde de Villaverde del Río. En su despacho no falta el cuadro con la imagen del rey Juan Carlos I, pese a la polémica por el izado de la bandera republicana en el consistorio.

el 12 abr 2014 / 23:00 h.

TAGS:

El alcalde de Villaverde del Río, Santiago Jiménez,  en el salón de actos del Ayuntamiento que preside de bandera de España flanqueada de la andaluza y la tricolor. / J.C.Romero El alcalde de Villaverde del Río, Santiago Jiménez, en el salón de actos del Ayuntamiento que preside de bandera de España flanqueada de la andaluza y la tricolor. / J.C.Romero En el balcón del Ayuntamiento de Villaverde del Río ondea la bandera española y, al adentrarse en la Casa Consistorial un cuadro de la patrona, la Virgen de Aguasantas, preside la primera estancia, junto al banderín de una banda municipal de música. En el despacho del alcalde, Santiago Jiménez (IU), no falta tampoco el cuadro con la imagen del rey Juan Carlos I, y todo pese a que en las últimas semanas la figura de este regidor y la de su equipo de Gobierno estuvo en el candelero a cuentas de la suspensión, por parte una magistrada, de un acuerdo del Pleno municipal que establecía el izado conmemorativo de la bandera tricolor del 7 al 14 de abril para conmemorar la proclamación de la II República. Aquí los vecinos pasan hasta su despacho, y al alcalde, que se presenta en pleno trasiego, le llaman Santi, sin más. Sin mayores formalidades o concesiones.   ¿Qué función llevas a cabo desde la Alcaldía de Villaverde del Río? El alcalde tiene una labor inmediata: la gestión municipal y resolver como Gobierno municipal las necesidades para el bienestar de la población y para que se respeten los derechos y los servicios públicos, procurando la mejora de la calidad de vida. No es la única función: somos representantes de la población y tenemos que defender a la ciudadanía con coherencia en todos los frentes, por eso nos organizamos vamos de la mano junto a otros movimientos sociales en la defensa del derecho a la vivienda, a la Sanidad o a la Educación, en contra de los recortes, porque no podemos quedarnos en las fronteras del término municipal. La lucha por transformar una sociedad donde la precariedad avanza a pasos agigantados nos obliga a confluir con otras sensibilidades y luchas con la idea fundamental de promover el cambio social.   ¿Qué cualidades piensa que debe tener una persona para liderar un proyecto político entre sus vecinos? No es tanto de cualidades sino de los intereses que se representan. Las únicas cualidades que aquí pedimos a un cargo público es que defienda consecuentemente los derechos de la clase obrera, de la juventud y de la población: estar con quienes más lo necesitan. Las personas que necesitan ayuda para acceder a los servicios públicos o para tener un trabajo. Es cuestión de tener vocación de servicio.   ¿Qué pensó que podría aportar a la sociedad local cuando da el paso al frente y se presenta a unas elecciones? Teníamos una experiencia importante durante muchos años y conocía bastante bien la política local. El Gobierno del Ayuntamiento ha continuado con la política de defensa de los trabajadores que ya estábamos haciendo antes solucionando problemas vecinales o desde la acción sindical. Una serie de batallas en contacto con la población vinculada a nuestra labor política que nos han traído finalmente hasta este campo, que no es más que una continuación de la acción política, pero desde el Ayuntamiento. Venimos ganando las elecciones desde 2003 pero nos negábamos a pactar con el PP, por eso no ha sido hasta junio de 2011 que gobernamos.   ¿Cuáles son sus aliados al desplegar sus políticas? El Ayuntamiento establece cauces de participación, órganos donde los trabajadores y la población en general puedan controlar la política y decidir sobre las cuestiones fundamentales que les afectan. El Pleno de la corporación es subalterno a la democracia directa, asamblearia, a la decisión del pueblo. El método, revolucionario, no es una verdad absoluta pero dentro de sus contradicciones hemos avanzado en determinados frentes; por ejemplo en la asignación del empleo público con 13 bolsas de trabajo en funcionamiento con su comité de trabajadores elegidos por la Asamblea que controla y supedita la acción del equipo de Gobierno. Los trabajadores, cada uno con su ideología, debaten y toman decisiones.   ¿Qué metas se propuso? Combatimos el método que históricamente ha sido el dominante y somos conscientes de que no es una tarea de dos o tres años, es un proceso. Primero fue el caciquismo, luego el control de los trabajadores por parte de los señoritos y los terratenientes, y en la democracia se empezó a llamar clientelismo: los alcaldes sustituyeron esa figura manteniendo la misma práctica. A los trabajadores se les ha enseñado que tienen que doblegarse ante un señor: sea un cacique, un señorito o un alcalde, para obtener un trabajo. Combatir esa imagen tan indigna, tan antidemocrática y en última instancia tan improductiva es nuestro objetivo.   Dicen que quiere usted destruir las administraciones con un discurso radical pero no faltan en este Ayuntamiento símbolos religiosos o el cuadro del rey ¿A qué se debe? Somos profundamente respetuosos con la ideología, con el pensamiento, con la fe de otras personas, y participamos de la religiosidad popular y sus festividades. Además, se demuestra en nuestra colaboración en igualdad de condiciones con las corporaciones religiosas como con el resto de asociaciones. La cuestión de nuestra política revolucionaria no está en esos aspectos anecdóticos, sino en la riqueza social que defendemos a capa y espada para que redunde en beneficio de los trabajadores. Que no haya una minoría que utiliza el aparato del Estado para quedarse con la riqueza de la mayoría social y en este contexto vía decreto o recortes buscan incrementar sus beneficios y enriquecerse aún más.

  • 1