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A meter presión como sea

La Liga se acerca a su fin y, con ello, el margen de maniobra se reduce. Clasificarse para la Champions exige hacer un tramo final de campaña realmente brillante, y el Sevilla, espoleado tras su victoria sobre el Villarreal, está dispuesto a lograrlo con o sin el permiso de los otros aspirantes.

el 15 sep 2009 / 03:07 h.

La Liga se acerca a su fin y, con ello, el margen de maniobra se reduce. Clasificarse para la Champions exige hacer un tramo final de campaña realmente brillante, y el Sevilla, espoleado tras su victoria sobre el Villarreal, está dispuesto a lograrlo con o sin el permiso de los otros aspirantes.

Para este Sevilla de dos caras, tan capaz esta temporada de encandilar a todos con su fútbol como de dar el petardazo cuando menos se espera, los siete partidos que restan por disputar son, más que nunca, determinantes. La ventaja del Atlético de Madrid, cuarto en la tabla con cinco puntos más -seis contando el goal average particular-, es lo suficientemente peligrosa como para entender que cualquier nueva brecha que pudiera abrir sería ya prácticamente insuperable. Esta tarde, los colchoneros, en los que no hay más remedio que fijarse porque el Sevilla no depende de sí mismo, visitan a un Valladolid que se juega la vida, y todo podría pasar en ese partido. De ello estará muy pendiente el equipo de Manolo Jiménez, aunque de nada serviría que le sonriera la fortuna si él mismo no es capaz de dar la talla ante el Mallorca.

Tras sufrir dos derrotas consecutivas y haber dejado una imagen preocupante, el Sevilla, fiel a su guadianesca temporada, volvió a dar lo mejor que tiene en una cita de especial dificultad. Ganar, sobre todo de la forma en que lo hizo, al Villarreal no es fácil, y esto ha serenado las aguas en Nervión y, sobre todo, ha dado fuerza al equipo. Pese a sus carencias defensivas y sus lesiones, que se ceban con él en el peor momento, nadie consigue que arroje la toalla. Hoy, se medirá con el Mallorca dispuesto a estrechar el cerco al Atlético.

El gran partido realizado frente a los de Manuel Pellegrini hace que Jiménez se esté pensando muy mucho la alineación. Fazio, que ocupó el puesto de un fatigado Poulsen, y Renato, que volvió a la titularidad para jugar de media punta y brillar en detrimento de Kanouté, fueron sus dos grandes apuestas. Ahora, una semana después, habrá que ver si el técnico da continuidad a ese once o, por el contrario, recupera a esos dos pilares, indiscutibles desde su llegada. Por lo demás, Crespo será el encargado de actuar como lateral izquierdo tras la lesión de Adriano, una más, que se suma a las de Javi Navarro, Boulahrouz, Escudé, Drago... Habrá tenido muchas carencias esta temporada el Sevilla, pero desde luego también poca suerte en este capítulo. Las bajas, sobre todo en defensa, son sensibles, pero Mosquera y David Prieto dieron un buen nivel ante el Villarreal y Jiménez confía en ellos, entre otras cosas porque no le queda más remedio.

Encomendado a su capacidad para hacer un gran fútbol que se vio el otro día y a la ambición de jugadores como Daniel Alves, Luis Fabiano, que tiran del carro en los peores momentos, el Sevilla intentará lograr hoy una nueva victoria lejos del Sánchez Pizjuán. Como visitante, su rendimiento no ha sido muy bueno, pero ya no queda otra que mejorarlo si se quiere seguir aspirando a estar en la Champions la próxima temporada. Y todo ello con permiso del Mallorca, un equipo que tan sólo ha perdido un encuentro en toda la segunda vuelta y al que sólo sus numerosos empates han impedido estar en puestos más altos.

Gregorio Manzano, su técnico, califica el partido como el que aseguraría la permanencia en Primera y, además, permitiría soñar con un puesto en competición continental. No estará Ibagaza, uno de sus líderes, aunque sí los Fernando Navarro -ojito a este lateral zurdo-, Jonás, Güiza, Arango... Son jugadores de calidad, pero al Sevilla eso ya le tiene que dar igual. Ya no puede fallar más.

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