Se esperaba para ayer que el fondo Investment Corporation of Dubai (ICD), brazo inversor del Gobierno de este país, concretara su oferta sobre la inmobiliaria Colonial, ya pactada con sus principales accionistas, el mayor, Portillo. No fue así, y el mercado y la banca aprietan.
A Luis Portillo se le agota el tiempo, y la paciencia a los bancos que le otorgaron la financiación para, en su día, seguir incrementando, vía pignoración de acciones (dadas en prenda), su presencia en el capital de Colonial cuando ya no le quedaban más activos (en su mayoría, suelos) para aportar. Fruto del nerviosismo de los inversores por esa oferta de compra sobre la inmobiliaria y que no acaba de llegar fue su severa caída -otra más- en bolsa en la sesión de ayer, del 7,14%, hasta un precio de 1,69 euros por cada título.
Desde finales de diciembre pasado, algunos bancos acreedores de Luis Portillo, y uno de los principales, el Santander, han ido colocando en el mercado paquetes de esas acciones pignoradas, después de que el batacazo bursátil de la inmobiliaria colocara los títulos por debajo del precio que estipulaban los contratos de financiación. Y este desprenderse tan rápido y tan masivo de coloniales no hizo sino precipitar el derrumbe -por lo demás, común a todo el ladrillo- que comenzara con el pinchazo inmobiliario en España y la crisis de las hipotecas subprime (basura o de alto riesgo) en EEUU.
Tales acciones pertenecían, al menos en teoría, al empresario sevillano pero las entidades acreedoras tenían la facultad para venderlas, y he aquí la clave del por qué ha ido disminuyendo la participación de Portillo desde diciembre y su necesidad de que, cuanto antes, fragüe la operación de compra del fondo de Dubai.
Fuentes financieras consultadas por este periódico advierten, asimismo, que esta presión de los bancos se ha trasladado también al patrimonio personal del empresario nazareno y, de hecho, recientemente se le habría embargado una gigantesca finca de caza en la provincia de Córdoba.
Poco le queda del sustento de su meteórico ascenso, los suelos. Así, el pasado diciembre este periódico publicó cómo el empresario había traspasado a Colonial la totalidad -y no sólo parte- de los terrenos sobre los que se asentará la gran expansión de Dos Hermanas, los de Entrenúcleos, que constituían la joya de su corona, junto a otros múltiples en el Aljarafe sevillano, Almería y Madrid.
"He dado orden de vender en el momento en que la acción baje de 1,7 euros. Pierdo, pero no espero más". Este comentario lo hacía ayer un inversor sevillano a una casa de corretaje. Al cierre de ayer, 1,69 euros.
¿Qué significa este precio para Portillo? Para acudir a las distintas ampliaciones de capital acometidas por la inmobiliaria Inmocaral -que posteriormente adquirió Colonial, el 15% de la constructora FCC y lanzó una opa sobre la compañía Riofisa-, Portillo aportó la mayoría de sus activos a 2,2 euros por acción. Y, según las fuentes, en la toma de títulos hasta el verano de 2007, y vía financiación bancaria, el trueque se habría realizado por encima de los 3 euros. Por tanto, a la cotización actual, el empresario pierde, y mucho.
