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A punto de llover...récords

La lluvia anunciada para la mañana de ayer no cayó, dando una tregua a los participantes en la XXIV Maratón Ciudad de Sevilla.

el 15 sep 2009 / 00:39 h.

La lluvia anunciada para la mañana de ayer no cayó, dando una tregua a los participantes en la XXIV Maratón Ciudad de Sevilla. Y bien que lo aprovechó el keniano Samsom Kiptoo Bungei, quien estuvo a punto de batir el récord de la prueba en poder de José Ramón Rey desde 2001.

Sólo le faltaron tres segundos para redondear una edición casi tan memorable como aquella de hace siete años. Además del marcón del vencedor (2h10:52) -procedente de Kenia, como sus seis predecesores en la gloria de La Cartuja-, también firmó un registro de mucho nivel la ganadora, la portuguesa Ana Dias (2h29:22; a ella le sobraron 23 segundos con respecto al récord, en posesión de María Luisa Muñoz desde 1996).

No quedó ahí la cosa, pues el número de atletas que tomaron la salida a las 9.00 horas desde el interior del recinto hispalense se elevó algo por encima de los 3.000, de los que 2.449 alcanzaron la meta, su meta personal.

La carrera se inició, queda dicho, con el alivio concedido por la meteorología, que dejó las calles mojadas pero no peligrosas, un ambiente húmedo pero no asfixiante y una temperatura fría pero para nada gélida. Condiciones cuasi perfectas que acompañaron a una prueba que, como en los últimos años, tuvo poco color en cuanto a competitividad. Sin españoles -ni casi europeos- de élite, la cosa era un mano a mano entre kenianos y etíopes.

Cinco hombres de la primera nacionalidad (Bungei, William, Kibet, Kipchom y Kipkosgei) y tres de la segunda (Debelu, Bedada y Hussen) abrieron pronto brecha con la sola compañía de los marroquíes Mhamdi y Habassa y de un español sin identificar, los cuales actuaban como liebres, y del ruso Bryzgelov, único europeo en soportar el ritmo inicial y a la postre octavo clasificado, primer y único atleta blanco en el top-ten.

El grupo de vanguardia anduvo unido y acompasado justo hasta la media maratón, que cruzaron en un esperanzador tiempo de 1h04:56 los ocho atletas africanos, toda vez que las liebres se retiraban tras hacer su trabajo y el ex soviético perdía fuelle.

En ese hito kilométrico ya marchaba en solitario la portuguesa Dias, seguida a 50" por la gallega María Abel.

Kenianos y etíopes mantuvieron la calma hasta pasado el kilómetro 30, cuando Jonathan Kibet, vencedor de la última Maratón de Madrid, avivó el paso para tratar de descolgar rivales, logrando rezagar a un corredor de cada país: media docena, pues, quedó en cabeza para los últimos diez kilómetros de la carrera.

Fue ya en el km. 35 cuando quedaron atrás Debelu y Kipkosgei, luego William, formándose delante un trío con los kenianos Kibet y Bungei y el etíope Hussen, quienes habrían de jugarse las medallas. Kibet pagó en principio su esfuerzo y su compatriota Bungei pudo soltar poco después a Hussen, encaminándose sin oposición hacia el estadio. Cuando cruzó el túnel y apareció en la pista, aún le restaban 50" para batir la plusmarca (2h10:49) de Rey. Con el aliento del público, los últimos estertores y gramos de fuerza de sus enjutas piernas, Bungei sprintó en busca de la gloria (y la recompensa) del récord, pero le sobraron varias zancadas. Su colega Kibet, que había rebasado a Hussen, completaba el doblete keniano.

Más de un cuarto de hora después, se repetía el lance emotivo, pero esta vez la portuguesa Dias se quedó más lejos de batir la plusmarca sevillana, a 22", si bien tuvo la alegría de lograr la mínima para Pekín, que se le escapó a Abel por minuto y medio.

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