Feria de Abril

"A quien crea que las sevillanas son arte menor, le invito a cantar una, pero bien"

ENTREVISTA. En el concurrido ámbito de los cantaores afines a la sevillana, Paco Candela ha logrado hacerse en los últimos años un hueco a fuerza de talento y perseverancia.

el 06 may 2014 / 21:18 h.

Imagen SEN PRENS PACO CANDELA 014a 3En el concurrido ámbito de los cantaores afines a la sevillana, el nombre de Paco Candela (Mairena del Aljarafe, 1971) ha logrado hacerse en los últimos años un hueco a fuerza de talento y perseverancia. El mayor de dos hermanos y el único que eligió de toda su familia seguir con una carrera artística, a los 7 años ya hacía sus primeros pinitos musicales, y a los 11 años entraba a formar parte como solista en el Grupo de Danza de San Ildefonso de su pueblo durante varios años. A los 16 años empezó a concursar en sus primeros concursos de flamenco. En 1997 se integró en un espectáculo de aves en Isla Mágica, donde aportaba su cante. Este montaje le abrió numerosas puertas y propició sus primeras actuaciones en ferias y fiestas privadas, hasta que se fue profesionalizando. Ocho discos después, es un referente ineludible. Usted es un cantaor de repertorio amplio, ¿que lugar representan en él las sevillanas? Sin duda, es lo principal. He estado en varios campos, cuando concursé en Canal Sur me di a conocer también como cantaor de fandangos, pero no puedo negar que lo que siempre me ha tirado es la sevillana. Por eso es lo que más llevo en directo, y lo que más me piden. Es el puntal de mi cante. ¿Qué tienen las sevillanas que las hacen tan especiales en el amplio espectro del flamenco? Al igual que el fandango es un palo que sabe decir mucho con pocas estrofas, las cuatro partes de la sevillana te permiten explayarte, decir muchas cosas. Me gusta expresar a través de ellas lo que siento, ya sea hablando de Sevilla, del amor, del campo o del caballo... Pero todavía hay quien le niega el pan y la sal, y opina que se trata de un género menor, que no puede compararse con la bulería, la seguiriya o la soleá. Eso lo hemos escuchado muchas veces [risas]. Pero tengo amigos cantaores, muy cerrados, que valoran lo que hago. Alguno incluso ha llegado a reconocerme que sería incapaz de cantar por sevillanas, o me cuentan que su hijo no canta cosas suyas, sino mis sevillanas... Es un comentario viejo. A quien lo hace yo le invitaría a cantarlas. Pero bien cantadas, ¿eh? Por eso quería preguntarle: ¿Qué tiene que tener un buen cantaor de sevillanas? Creo que ante todo sencillez, ser persona antes que nada, porque ese es el modo de llegar al público. Solo así me explico que, después de los conciertos, vengan padres para decirme que sus niños de cuatro, de seis años, les piden que pongan mis discos en el coche. A mí me ayuda mucho venir del flamenco, pero también hace falta tener un fondo sentimental con este palo. Por otra parte, a menudo hablamos de las sevillanas como si solo hubiera un estilo. Usted demuestra que maneras hay muchas... No es que me haya impuesto un camino concreto para llegar a nada, pero lo cierto es que me identifico mucho con las sevillanas del campo, las del Rocío. Me gustan las sentidas, sí. En ocho discos he tenido la oportunidad de ir aprendiendo, a veces he metido alguna sevillana más comercial, y rápidamente me he encontrado con gente que me ha dicho que no pegaba. Yo lo hago con todo el cariño y todo el respeto, pero si luego no suena, ¿qué puedo hacer? Creo que, en definitiva, me defiendo mejor cantando al Rocío, al caballo... ¿Recuerda cuáles eran sus ídolos de juventud en este campo? He escuchado mucho. Como siempre he actuado solo, me he mirado bastante en Manuel Orta, en Turronero, en Camarón... Y luego de grupos, todos: los Romeros de la Puebla, Ecos del Rocío... La única forma de crecer es aprender de todos, y tratar de hacer luego lo que sientes. Ya luego si tienes la suerte de sonar y gustar, bienvenida sea. Pero en la variedad está el gusto. ¿Se ha animado alguna vez a escribir las letras que canta, o prefiere contar con otros autores? No me considero para nada autor, por más que alguna vez haya podido salirme un fandango suelto que no me disguste del todo. Pero prefiero escuchar a la gente que domina ese arte. He tenido la suerte de contar con letras de Tato Ramírez, de Manolo López, de Félix Perejón, de Paco Oñós, de Fran Carmona... Este año ha sido también fundamental contar con Miguel Mollanes, que es un gran letrista y una persona excepcional. Y no quiero olvidarme de José Antonio Muñoz, de Huelva, quien también ha estado muy presente en mis discos. Luego, imaginamos que se trata de hacer suyas las letras de otros, de llevarlas a su terreno, ¿no? Lo bueno de esto es que todos ellos, con los años, me han acabado conociendo bien, y lo hacen personal, para mí. Me dicen: «Esto te va a venir bien para ti, Paco», y casi siempre aciertan. Al principio me pasaban letras de todo tipo, algunas no eran de mi estilo, o no me llegaban. Ahora saben lo que me gustan y me las hacen a medida. ¿Cómo es la Feria de Paco Candela? Ahora con la promoción estoy siempre de un lado para otro, pero siempre que puedo escaparme voy con los niños, en un plan muy familiar. Si puedo hacerlo también con un amigo en un carro de caballos, también lo disfruto. Para quienes nunca hemos vivido la feria o el Rocío a caballo, ¿cómo explicaría hasta qué punto es una experiencia diferente? No sé si sabría, creo que cada cosa tiene su momento. Es una forma de vivir la feria más personal. No llevas a la familia detrás, todo pasa por ti mismo... Pero confieso que, si montara solo ahora, me sentiría bastante raro. Después de ocho discos, habría que señalar que las sevillanas de Paco Candela no están ni mucho menos agotadas. ¿O cree que llegará ese día alguna vez? Después de ocho discos puedo decir que aún no he ni aprendido a cantar como me gustaría. Es un camino muy largo el que hay que recorrer para aportar algo y tratar de mejorar lo nuestro. ¿Cree que las sevillanas, por el hecho de ponerse en auge cada primavera, están sorteando mejor que otras músicas las dificultades de la industria discográfica, o la crisis es igual para todos? Hombre, además de la crisis, tal vez nuestro problema sea que años atrás le hemos dado demasiada caña a las sevillanas, puede que hayamos quemado un poquito el tema. Pero siempre que haya un poco de rescoldo, ahí seguiremos.

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