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A quién le importan los árboles

La ciudad de los 150.000 árboles sigue sin contar con un catálogo para la ordenación y protección de su patrimonio natural.

el 15 sep 2014 / 12:26 h.

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ARBOLADO EN LA AVENIDA DE LA CRUZ ROJA Los viejos árboles de la Cruz Roja lucían así este fin de semana. / J.L.M. La decepción del experto es absoluta: «No se ha hecho nada. Muchas ciudades tienen aprobado un catálogo de especies notables de árboles en la ciudad», pero Sevilla, como la que oye llover. No es un problema de este Ayuntamiento de ahora, no:eso lo deja muy claro quien fue, durante nada menos que 49 años, responsable del servicio de Parques y Jardines. Lo que dice José Elías es que ni los de ahora, ni los de antes –ninguno de los de antes– se ha tomado nunca en serio el arbolado de la ciudad. De resultas de lo cual, concluye él, pasa lo que está pasando ahora: que se tala una calle entera, que se acometen unas podas agresivas que dejan los ejemplares mutilados y una estampa aberrante... que los árboles enferman y que de buenas a primera cae una rama y destroza un coche, en el mejor de los casos. La crítica de Elías es de lo más completa: se ha actuado erróneamente, nadie echa cuenta de los árboles y, para colmo, algún intento que se ha llegado a emprender para clasificar el patrimonio natural sevillano ha acabado siendo «dinero tirado». ARCORQUES VACIOS EN LA CALLE BETIS Alcorques vacíos en la calle Betis, este fin de semana /. J.L. Montero Hasta hace unos días, la polémica fue Almirante Lobo. Ahora, el antiguo jardinero en jefe de Sevilla señala otros dos enclaves que pueden dar mucho que hablar: la calle Betis y la Cruz Roja. Sobre la primera, el conflicto es con algo tan elemental como los naranjos; es curioso que Sevilla tenga problemas con una especie de la que cuenta con unos 25.000 ejemplares, del total de más de 150.000 árboles de la ciudad. «Cada vez faltan mas árboles en la calle Betis», dice Elías. «El Ayuntamiento ha intentado la reposición de las marras (o ausencias) tres o cuatro veces desde la última vez que se llevaron a cabo obras de remodelación, y no por vandalismo sino por mala plantación y conservación posterior las plantaciones han sido un fracaso. Es hora de que se tomen las medidas necesarias para que esta calle recobre su anterior aspecto». El experto se refiere a romper los alcorques para ampliarlos, poner tierra adecuada, elegir los naranjos del diámetro apropiado y estar pendientes del riego durante los dos primeros años. «Es aquí donde fallan todos los buenos propósitos si la plantación se ha llevado a cabo correctamente. «Esperamos que alguien tome nota y se ejecuten los trabajos necesarios para que la calle no presente el mal aspecto actual». Sobre la Avenida de la Cruz Roja, el jardinero sospecha que a algunos árboles les queda poco. El radar le ha saltado a Elías al conocer, como explica él, que el Ayuntamiento tiene previsto contar esa calle a principios de 2015 para emprender obras de saneamiento, con un colector nuevo y reordenando la avenida. También se sustituirá el alumbrado público y se analizará el estado del arbolado para tratarlo o reponerlo por otro más idóneo. «Esta es la noticia que ha alarmado a los vecinos, que en el año 2009 ya soportaron las obras del carril bici», recuerda Elías. «El arbolado de la calle», explica, «lo componen unas acacias Robinia pseudacacia antiguas, de 70 u 80 años, respetadas en las obras anteriores, y un 60 por ciento que son sóforas plantadas en el año 2009 y que presentan un saludable aspecto». Hasta ahí parece que bien, pero no es así. «Ni las acacias que durante muchos años han existido en esta avenida, ni las sóforas plantadas recientemente son las más adecuadas para el estrecho acerado de la calle, pero allí han subsistido con podas continuas desde muchos años. Desconocemos el proyecto que piensan ejecutar», admite Elías, «pero los árboles de la calle estan supuestamente sentenciados, parece ser». Todo esto no es sino una consecuencia más, en su opinión, de la falta de un registro de árboles de Sevilla que proteja a los más antiguos o singulares y que sirva para controlar qué se hace y qué no se hace en este asunto. Una idea de la que se viene hablando años, los mismos que no se ha hecho nada. «Si se hubiera realizado un plan demográfico de sustitución de árboles, con las nuevas plantaciones y el plan de reposición nos encontraríamos con un 35 por ciento de árboles con menos de quince años de edad. Se hicieron inventarios informatizados que han quedado desfasados al no actualizarse. Fue dinero tirado».

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