Estén tranquilos: esta vez no habrá Fusilamientos del 3 de Mayo en la Montaña de Príncipe Pío ni estará don Francisco de Goya para pintarlos. El que quiera verlos, que se pase por la posiblemente mejor exposición que ha hecho el Museo del Prado en toda su historia, donde también se puede contemplar, asimismo restaurada, la otra monumental obra del genial sordo, La Carga de los Mamelucos, cuando hace doscientos años los madrileños se levantaron a gorrazos contra las tropas francesas de ocupación.
El presidente del PP acudirá finalmente a los actos del 2 de Mayo organizados por Esperanza Aguirre en la Puerta del Sol. Mariano Rajoy ha hecho bien al cortar la polémica de raíz y rectificar su anuncio de no asistir, por motivos de agenda, antes de que los mamelucos de ciertos medios de comunicación y de sus propias filas la emprendiesen a gorrazos contra él y contra sus nuevos asesores. Porque todo parece indicar que se la están preparando, y bien, para el 2 de Mayo del PP, que no será pasado mañana, sino el 20 de junio, fecha de su Congreso.
Algunos han madrugado. Zaplana anunció ayer que deja el escaño y se retira a la empresa privada. Parecería más lógico que lo hubiese hecho después del Congreso, pero como algunos están decididos a que no decaiga el ruido en los dos meses que faltan para la cita valenciana, aprovechan que el Turia no pasa por Madrid para meter palo en candela y contribuir a la ceremonia de la confusión que se debe estar viviendo en la calle Génova. El ex portavoz no será el único en desfilar antes del cónclave popular. Y si no, al tiempo. En la mente de los observadores políticos se perfilan otros nombres que solamente darán el paso cuando más daño crean hacer a la imagen y al liderazgo de Rajoy. Cosas de la condición humana.
Nunca antes habíamos visto a Mariano Rajoy tan decidido a mandar en el Partido Popular y a jugársela si es preciso, por encima incluso del cerco a que lo tienen sometido las ondas episcopales desde cuyo púlpito se le reconviene a diario para que vuelva a la senda de la crispación. No contentos con el líder, ya la han emprendido también con su nueva portavoz, la comedida e inteligente Soraya Sáenz de Santamaría, a la que le espera un calvario sólo semejante al de Manuela Malasaña.
El 2 de Mayo que le están montando a Mariano Rajoy para el Congreso de Valencia irá teniendo, como ocurriera en el Madrid de 1808, sus previas escaramuzas callejeras, sus emboscadas nocturnas y sus cadáveres (políticos) en las cunetas. No hay más que poner la radio con las claras del día para comprender el grado de inquina, manipulación y absoluta falta de ética periodística con que se está tratando al presidente del Partido Popular, cuyo mayor delito es el de desobedecer a quienes quieren imponerle el equipo, la agenda y hasta la corbata que debe lucir cada día. Hará muy bien Mariano Rajoy en no dejarse torcer el pulso.
