Economía

A resguardo frente a la jubilación

Los planes de pensiones aumentan al calor de la reforma de la Seguridad Social. Las gestoras ven repuntar el negocio al constatarse que, tal y como está concebido, el sistema público no es viable

el 20 feb 2010 / 19:24 h.

Una adolescente lee el periódico en un banco donde descansan varios ancianos.

El español nace, crece, se reproduce -aunque no tanto como desearía la Seguridad Social- y vive cada vez más años. Esta tendencia es insostenible para el sistema público de pensiones pues los beneficiarios aumentan a mayor ritmo que quienes sustentan sus pagas, los trabajadores con las cotizaciones. No cuadran las cuentas y se requiere una urgente reforma porque, como advierten expertos y organismos económicos nacionales e internacionales y reconoce por fin el Gobierno, la caja entrará en déficit a mediados de la próxima década. El debate está abierto y, mientras se concreta el futuro, más vale prevenir y quizá sea el momento para parapetarse tras la contratación de fondos de pensiones privados.

De la decena de instituciones financieras y firmas de inversión consultadas para elaborar este reportaje, ninguna pone la mano en el fuego por la salud del actual sistema de pensiones y, en cambio, todas predicen un régimen mixto, público y privado, en el que, junto con las obligatorias cuotas a la Seguridad Social, haya aportaciones particulares a huchas que se abrirán cuando llegue la jubilación.

Habrá cambios. Hablan en Unicaja . "Sí, resulta difícil pensar en una jubilación sustentada sólo en la pensión pública". Desde Cajasol apuntan: "Es necesario hacer un esfuerzo en la constitución de un plan de pensiones que contribuya a garantizar el mantenimiento del nivel de vida tras la jubilación". Mariano Rabadán, que preside la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco) , señala que "es previsible que, dentro de la reforma de nuestro sistema de pensiones, se incluya la potenciación del ahorro-previsión que, junto con la prestación pública, permita gozar a todos los españoles de una adecuada pensión de jubilación". Una última opinión, la de Manuel Álvarez, directivo de la empresa aseguradora Caser , quien argumenta que, tal y como ahora está concebido, la viabilidad del sistema público está cuestionada, y más si cabe tras la reducción de cotizantes que lleva aparejada el incremento del paro debido a la crisis, de ahí que, añade, "son necesarias más que nunca medidas que incentiven y fomenten el ahorro para la jubilación".

Pero tanto Rabadán como Álvarez inciden en la falta de cultura preventiva española. "Somos poco previsores. Dedicamos una parte sustancial de nuestro ahorro a la compra de la vivienda y no a mejorar nuestras pensiones", afirma el primero, mientras el segundo hace hincapié en que la complicada coyuntura actual y la "intensa destrucción de empleos que sufre España" han mermado el ahorro privado de cara a la jubilación. Pero semejante dejadez va a cambiar y, por qué no decirlo, frotándose las manos están ahora las gestoras de esos productos.

Reforma en ciernes. En efecto, el debate sobre la reforma de las pensiones, que se cocina desde hace tiempo en el Congreso en el marco del Pacto de Toledo pero recientemente se ha llenado de enorme polémica con las propuestas de ampliar a 67 años la edad legal de jubilación, ahora en 65, y de subir los años cotizados, de 15 a 25, para el cálculo de la prestación, traerá consigo un crecimiento en la suscripción de planes privados, según vaticina el sector. A este aumento, asimismo, contribuirán la gran desconfianza hacia los mercados bursátiles y financieros y, como apunta Ana Pineda, directora de la sociedad de inversión Renta 4 en Sevilla, el desvío del ahorro que antes se destinaba a inmuebles.

En este sentido, asevera José Miguel Amuedo, profesor de la escuela de negocios andaluza Instituto Internacional San Telmo y experto en fiscalidad, los planes de pensiones, junto con las desgravaciones por la adquisición de la vivienda habitual, conforman el grueso de las desgravaciones en el IRPF y, por tanto, de las devoluciones que anualmente ordena Hacienda.Y cabe recordar que a partir de 2011 desaparecerá para parte de las familias españolas -salvo en aquéllas cuyas rentas sean inferiores a 24.000 euros- la posibilidad de deducirse la hipoteca en el Impuesto sobre la Renta. Conclusión: quienes se vean excluidos de semejante beneficio y, sin embargo, quieran planificar sus cuentas para no pagar a la Agencia Tributaria (declaración positiva) optarán, sobre todo, por los planes de pensiones. "Pocas alternativas hay", matiza Pineda.

¿Qué es un plan de pensiones? Es un producto de ahorro a largo plazo que permite, mediante el pago de una cuota y/o la aportación de capital, ir engordando una hucha de cara a la edad de jubilación y complementar la pensión de la Seguridad Social. El dinero sólo se podrá recuperar en caso de jubilación, fallecimiento e invalidez permanente o absoluta; enfermedad grave del partícipe, su cónyuge o alguno de los ascendientes o descendientes de primer grado; dependencia severa y gran dependencia y, por último, cuando el partícipe sea parado de larga duración.

¿Quién es el partícipe de ese plan? El partícipe es quien suscribe el plan de pensiones, aunque puede tener tantos beneficiarios como él designe. Si éstos no han sido elegidos (han de constar en el contrato), en caso de fallecimiento del partícipe serán sus herederos legales. En Bankinter explican que el partícipe puede tener cuantos planes de pensiones quiera, aunque, eso sí, ha de tener en cuenta las limitaciones al dinero aportado que establece la legislación española. La cantidad aportada se llama participación a un determinado plan de pensiones, de ahí el nombre de partícipe.

¿Y qué se hace con el dinero aportado? No se trata de una cartilla de ahorro, sino que las aportaciones se invierten. Es el partícipe quien decide dónde al contratar un determinado plan de pensiones: en renta variable (bolsa), en renta fija (por ejemplo, emisiones de deuda pública), en una combinación de ambas (plan mixto), etcétera. De hecho, cada fondo de pensión es un mundo, y su elección depende del perfil inversor del partícipe. Si éste es más arriesgado, optará por la renta variable; si es más conservador, por la fija. No existen rendimientos asegurados, se puede ganar o perder.

¿En qué consisten sus ventajas? Además de que el plan es un complemento a la pensión de la Seguridad Social, las aportaciones tienen ventajas fiscales porque no tributan y, además, reducen la base imponible del IRPF (ingresos a partir de los que se aplica el tipo impositivo), de ahí que usted paga menos a Hacienda o recibe un importe mayor si tiene derecho a devolución. Llegada la jubilación, el dinero se recupera en forma de capital (un cobro único), renta temporal (usted decide el importe y la periodicidad) o renta vitalicia (hay varios tipos, el más común, un importe mensual hasta el fallecimiento).

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