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A Sevilla ya se le ve el plumero

A 49 días del Domingo de Ramos, el concierto de bandas de El Cerro inaugura hoy la cuaresma extraoficial y preludia una semana llena de sugerencias y escenas cofradieras.

el 06 feb 2010 / 20:23 h.

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Terminada la hibernación, hace días que a Sevilla se le está viendo el plumero: las ganas de Semana Santa empiezan a ser más que notorias, como habrá percibido cualquiera que se haya paseado por el casco histórico entre vaharadas de incienso, carteles de quinarios y señores con corneta. De hecho, el certamen de bandas que organiza cada año la hermandad de El Cerro y que se repite hoy no es ni más ni menos que una especie de pregón popular por anticipado; el pase de la Semana Santa a cuartos de final de las prioridades sevillanas, por así decirlo; la inauguración de una versión extendida de la cuaresma, a 49 días del Domingo de Ramos. No es hablar por hablar ni ganas de caldear artificialmente el ambiente: es que en la legendaria confitería San Pablo ya hay torrijas (las pequeñas, a 7,50 el cuarto; las grandes, a 2,50 la unidad). Y en Filella aseguraban ayer que para la semana que entra las tendrían.

Quien considere lo anterior como un signo insuficiente de esta tesis, que se acerque el miércoles a partir de las ocho y media de la tarde (o de la noche, todavía) por los alrededores de San Esteban, que probablemente se topará con unas parihuelas saliendo por la puerta más difícil de Sevilla. No será el primero ni el segundo, sino el tercer ensayo de los costaleros de ambos pasos.

Estos botones de muestra son el panorama que se encuentra hoy en Sevilla el VII Certamen de Bandas, organizado por la hermandad de El Cerro a beneficio del programa de acogida a los niños bielorrusos que gestiona esta institución todos los años. En el pabellón deportivo de Rochelambert, desde las once y cuarto de la mañana, a todo el que vaya con dos euros, además de ofrecérsele una consumición, se le pondrán los vellos como capirotes de Los Estudiantes, porque actúan las bandas de cornetas y tambores del Sol, San Juan Evangelista, Jesús de la Humildad, Cristo Varón de Dolores, Amor de Cristo y Pasión de Cristo, más las agrupaciones musicales de Jesús de la Redención y Jesús del Soberano Poder. No será el único concierto de este tipo, hoy: en el antiguo Psiquiátrico de Miraflores, a cuatro euros la entrada, II Certamen de la Agrupación Santa Cecilia; otro derroche de semanasanterismo de doce a tres de la tarde con seis bandas, entre ellas la organizadora, la de Santa María Magdalena de Arahal y la de la Salud de Los Gitanos. Y aún habrá otro concierto en Padre Pío.

Después de oír a las bandas, lo lógico sería tirar hacia el Casino de la Exposición para ver la muestra de artesanía cofradiera Expo Sacro, que se acaba hoy. O ir al Alcázar, donde, según se entra por el Patio de Banderas, continúa la exposición La Hermandad del Baratillo, devoción y patrimonio (abierta de diez de la mañana a seis y media de la tarde). Pero que nadie se canse mucho, porque mañana, a las nueve de la noche, será el traslado del Señor de la Oración en el Huerto desde San Martín hasta su capilla del Rosario. No es que a Sevilla se le esté viendo el plumero; es que se ve hasta la coraza. El corazón de Sevilla vuelve a entrar en erupción.

Más ideas:

Quienes quieran ver los altares y las imágenes como nunca, que vayan a los templos donde hay quinarios y otros cultos. Esta semana que entra celebran quinarios las hermandades de la Candelaria, Montserrat, Siete Palabras, Jesús Despojado, San Isidoro (novena) y la Lanzada (triduo).

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