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A su izquierda, una chabola

Lo último en paquetes turísticos: Yakarta ofrece una ruta vacacional para conocer la miseria.

el 22 nov 2009 / 19:52 h.

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La miseria que rezuman las barriadas de chabolas de Yakarta es la principal oferta de una nueva y polémica ruta turística que aboga por ofrecer un retrato sincero, a pesar de la crudeza, del día a día de los más pobres de la capital indonesia.

Marco y Paola, una pareja de jóvenes italianos de visita en Yakarta, avanzan con precaución por una retorcida callejuela, encharcada y sucia, del área de Luar Batang, una de los puntos más deprimidos de la ciudad. "Esto es un baño de realidad. Ésta es la verdadera Yakarta", asegura a Efe Ronny Poluan, cineasta y fundador de Interkultur, la organización no gubernamental que organiza los recorridos Yakarta Oculta.

Poluan les guía a través del intrincado laberinto de decrépitos chamizos y canales sucios y les presenta a los vecinos de la zona con quienes se van topando mientras explica cómo es la vida diaria en los suburbios.

La pareja italiana conversa con un par de ancianos, varias mujeres y regala caramelos a una docena de niños, la mayoría con problemas dermatológicos debido a la insalubridad del barrio. "Lo más importante del tour es mostrar a los turistas cómo viven todas estas personas, hasta cinco millones en Yakarta, en unas condiciones muy duras, en la más absoluta pobreza", explica Poluan.

Wati, de 23 años, invita a la pareja de foráneos al interior de su chabola de tres por cinco metros, donde vive con su marido y sus cinco hijos, y se deja fotografiar junto a algunos de sus familiares.

"Una vez al mes, con la marea más alta, el agua del mar entra en casa hasta aquí", les dice Wati, señalando una línea horizontal oscura en la pared a unos 30 centímetros de altura.

Poluan decidió a principios de año empezar a ofrecer estos recorridos de manera formal y que conoce bien tras visitarlos para amigos y directores de documentales durante una década.

El precio de la ruta, que dura unas seis horas, asciende a 350.000 rupias (37 dólares o 25 euros), de las que el 70% va a parar a las comunidades empobrecidas que se visitan.
Esta iniciativa ha desencadenado toda una polémica entre los que consideran que sirve para denunciar la pobreza extrema de Yakarta y genera ingresos para los más necesitados, y quienes tachan la idea de voyeurismo sin escrúpulos. "Puede resultar incómodo, pero sirve para que los turistas, la mayoría occidentales de clase media, vean por primera vez con sus propios ojos esta pobreza tan brutal", argumenta Robert Finlayson, un voluntario australiano que trabaja en Interkultur.

El Gobierno de Yakarta -con más de 8 millones de habitantes- cifra el número total de pobres en la capital en torno a las 160.000 familias, pero las organizaciones humanitarias lo elevan hasta los cinco millones de personas.

Riqueza. Rica en contradicciones, la capital indonesia abandera el robusto pero desigual despegue económico del país, cuyo Producto Interior Bruto se situará este año en torno al 4% pese a la crisis. Junto a las extensas bolsas de pobreza, en el centro de Yakarta se multiplican las tiendas de lujo, se disparan las ventas de las más novedosas Blackberry y se siguen construyendo rascacielos, caros apartamentos y centros comerciales.

La clase media crece progresivamente, sobre todo en las grandes ciudades del país, y ya representa unos 35 millones de personas, un 15% de la población total, según los expertos. Mientras tanto, unos 100 millones de indonesios, o el 40% de la población, viven por debajo del umbral de la pobreza, de acuerdo con el Banco Mundial.

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