Guerra abierta de intereses. Petroleras contra biocombustibles. Abengoa arremetió ayer contra las primeras por las trabas al desarrollo del bioetanol -y a los biocarburantes en general- porque, según ella, se han convertido en un sustituto real de la gasolina. Si la situación no cambia, no descarta llegar directamente al cliente final.
¿Y cómo lo haría? Pues comprando aquellas gasolineras que quedan fuera del control de las compañías petroleras, que son propietarias del 70% de las estaciones de servicio en España, para acercar el bioetanol -biocombustible del que Abengoa es líder europeo en producción- al consumidor. El presidente de Abengoa Bioenergía, Javier Salgado, sopesó ayer esta posibilidad, si bien aclaró que no es la prioridad de la compañía.
"Podríamos hacerlo en cualquier momento" -desafió-, una inversión que acometería sólo en el caso de que el mercado no se abriese a este tipo de combustibles alternativos al petróleo. Ése es, a su juicio, el principal problema, que el etanol puede ser "un sustitutivo de la gasolina". Puso como ejemplo el caso de Brasil, donde el 90% de los coches nuevos ya están preparados para utilizar cualquier porcentaje de mezcla de gasolina y etanol o etanol exclusivamente, cuyo precio, además, es mucho más barato.
En Europa no se ha seguido esta tendencia. "Llevamos cuatro años trabajando para que haya una ley [que regule el uso de los biocombustibles] y lo único que pedimos es que la haya". Hasta la fecha, los objetivos marcados en la directiva europea establecen que al menos el 5,75% del uso de combustibles debe proceder de esta fuente en 2010 y llegar al 10% una década después. Así, reclamó al Gobierno que dé un impulso normativo al uso de este combustible verde en el transporte.
Salgado aprovechó la presentación de la séptima edición de la World Biofuels, foro de análisis del futuro de las energías renovables aplicadas al transporte que se celebra en Sevilla, para arremeter contra la industria petrolera y la alimentaria, a las que acusó de estar detrás de los ataques directos a los biocombustibles.
A éstos se les ha responsabilizado de una parte de la subida del precio de los alimentos. Contra eso, Salgado precisó que la elaboración de biocombustibles supone sólo el 3% de la producción de cereales, mientras que en la subida de los precios de los alimentos el principal responsable -de hasta el 65% del incremento- es achacable a los precios de la energía (petróleo). A lo que hay que unir que el elevado coste del crudo y del gas natural han triplicado el coste de los fertilizantes. "Si se aboliesen todos los biocombustibles, el precio de los alimentos sería el mismo", sentenció.
Además, ahondó en que uno de los problemas radica en la Política Agraria Común (PAC) que Europa desarrolla, que lleva "25 años incentivando la no producción y dando la espalda a las semillas genéticamente modificadas", cultivos que propuso utilizar, al menos, para uso combustible. De nuevo, el ejemplo de Brasil, donde con un 1% de la superficie arable del país se ha conseguido reducir un 50% el consumo de gasolina.
Esta coyuntura en Europa provocó que en septiembre del año pasado, Abengoa Bioenergía paralizara la producción de etanol en Babilafuente (Salamanca), no así las que tiene en Galicia y Cartagena, que alimentan a refinerías de Repsol. Sin embargo, consideró que la compañía ha diversicado su presencia de manera que esa suspensión no lastrará las cuentas de la división.
Foro de debate. La séptima edición de la Conferencia Mundial sobre Biocarburantes, que se desarrollará hasta mañana jueves, fue inaugurada por el presidente de la Fundación Focus Abengoa, José B. Terceiro; el presidente de la Comisión de Cooperación al Desarrollo del Parlamento Europeo, Josep Borrell, y Javier Salgado, presidente de Abengoa Bioenergía.
