El grupo español de infraestructuras Abertis prevé invertir 1.700 millones de euros, la mayoría en operaciones ya comprometidas, en 2009. Pese a la crisis económica, esta cifra es similar a la del año pasado y se descartan desinversiones. Su principal activo en Andalucía, la autopista Sevilla-Cádiz.
La autopista de peaje Sevilla-Cádiz (AP-4), que gestiona Abertis a través de Aumar y que se extiende por 93 kilómetros, no vivió un buen año durante 2008, pero resistió mejor que las demás. La crisis le afectó directamente al tráfico de vehículos, que cayó un 3% el pasado ejercicio. Eso sí, se comportó mejor que la media nacional, que registró una bajada del 6,6% aunque los ingresos se recortaron menos, el 3%, hasta 1.280 millones en España.
En cuanto al tipo de vehículos, en la sevillana el 93% fueron ligeros y el 7% restante, pesados, un comportamiento prácticamente igual al experimentado en 2007. Contrasta con lo sucedido en otras pistas de peaje gestionadas por Abertis, donde el número de camiones cayó de manera considerable debido a la crisis. En total, la intensidad media diaria de vehículos se situó para la andaluza en los 18.634 usuarios.
Peor fue el comportamiento de la otra autopista que Aumar gestiona en España, la AP-7, que une Tarragona con Valencia. El descenso en este caso se debe a la construcción de vías paralelas que compiten con la de Abertis sin coste para el usuario. El tráfico en las autopistas de Aumar cayó en su conjunto el 10,2% el pasado ejercicio. La inversión de esta sociedad para las dos pistas que gestiona, es de 8 millones, destinados a labores de mantenimiento. Por ahora, no hay ninguna inversión extra prevista en Andalucía.
Para este año, la firma de concesiones Abertis -que está en otros negocios como aeropuertos, parques logísticos o aparcamientos- prevé un descenso del tráfico de entre el 7% y el 8% en toda su red de autopistas en el primer cuatrimestre del año, incluida la Semana Santa.
"No he visto nunca una caída de esta magnitud en los 32 años que llevo trabajando en la compañía, pero como tampoco lo he observado en otros sectores, como el de la banca, porque una situación así no se da desde 1929", apuntó el presidente de Abertis, Isidro Fainé, en la rueda de prensa previa la junta de accionistas que se celebró en Barcelona. En cualquier caso, subrayó que, "poco a poco, las cosas volverán a la línea normal, porque la misma globalización que nos hizo entrar en la crisis nos ayudará a salir".
La compañía espera, de cualquier modo, amortiguar el descenso del tráfico en las autopistas con un aumento en el negocio de las telecomunicaciones.
En cuanto a su estrategia para el presente ejercicio, nada de aventuras. El consejero delegado del grupo, Salvador Alemany, apuntó que apostará por "el crecimiento basado en la consolidación y el refuerzo en sus principales participaciones, por lo que no tenemos pensado deshacernos del ninguna". Eso sí, las inversiones serán de envergadura.
En este sentido, precisó que una sociedad dedicada a las concesiones "requiere de un proceso de renovación constante", por lo que Abertis "no dejará de acudir al mercado para explorar lo que hay, para así estar preparados cuando éste se estabilice". El objetivo es descartar operaciones que requieran elevados niveles de endeudamiento para conservar su rating (A- en Standards&Poors y A en Fitch).
Además, señaló que la empresa cada vez tiende más a la diversificación, ya que el 25% del negocio procede de otras áreas diferentes a las autopistas, y el 50% del mismo se sitúa fuera de España. Para este año, la compañía prevé inversiones que rondarán los 1.700 millones de euros -cifra similar a la de 2007-, 600 de ellos para hacerse con activos de Itínere. Ya están comprometidos 1.400.
Por otro lado, la junta de accionistas, celebrada ayer en Barcelona, aprobó la distribución de un dividendo complementario de 0,30 euros brutos por acción, que se abonará a partir del 15 de abril. Además, Fainé destacó que Abertis ha caído menos que la media del sector en el mercado bursátil, (un 39% frente al 50% en 2008).
Ante el caldeado momento financiero, Fainé, que es además presidente de La Caixa, se mostró poco partidario de las fusiones en el actual escenario. "Tenían más sentido cuando los márgenes financieros eran más amplios", sentenció, aunque no quiso pronunciarse sobre intervención del Gobierno en Caja Castilla-La Mancha.
