Abrirán 6 fosas en Alfacar para hallar a los fusilados con Lorca

Los restos del poeta granadino podrán seguir en el barranco de Alfacar porque Justicia lo ha declarado zona apta para el enterramiento.

el 16 oct 2009 / 19:37 h.

No es una cuestión de horas, pero sí de días, de muy pocos días. Tras la firma a cinco bandas, ayer, de un acuerdo que permite la apertura de la fosa de Alfacar -en la que supuestamente se encuentran los restos del poeta Federico García Lorca y de, al menos, cinco hombres más-, los especialistas de la Universidad de Granada (UGR) comenzarán a abrir la tierra "inmediatamente". Las palas y los cinceles trabajarán sobre una zona acotada de unos 200 metros cuadrados en los que se reparten seis fosas -"zonas de interés", las llama la Junta-. Los trabajos previos con un georradar, que hizo en septiembre el Instituto Andaluz de Geofísica , han desvelado que en cuatro de estos puntos hay, con casi total seguridad, restos humanos ocultos en un enterramiento clandestino y en los otros dos hay "numerosos" indicios de que existan cadáveres, pues se aprecian movimientos de tierra que "podrían" datar de hace 73 años, cuando en agosto del 36 se produjo el asesinato de estos seis granadinos republicanos.

La zona ya ha sido vallada y sellada con una puerta que se cerrará con llave y se le va a colocar una carpa metálica y una cubierta para evitar las miradas curiosas y amortiguar las inclemencias meteorológicas. En un máximo de 10 días debe constituirse una comisión de seguimiento sobre los trabajos y, una vez superada la burocracia, comenzarán a conocerse los secretos que guarda el barranco granadino, ocultos a una profundidad de entre 0,60 y 1,80 metros.
La consejera de Justicia , Begoña Álvarez, tras firmar el convenio con la Diputación provincial, la UGR, el Ayuntamiento de Alfacar y la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica, explicó que, acabado el estudio de las alegaciones presentadas por los familiares y allegados de los fusilados, se ha llegado a la decisión de identificar sólo a cuatro de los inquilinos del enterramiento; se trata de los banderilleros anarquistas Joaquín Arcollas y Antonio Galadí, el inspector de tributos Fermín Roldán y el restaurador Miguel Cobo. Quedarán sin identificar el autor de Yerma y el profesor republicano Dióscoro Galindo; sobre este último, será la Justicia la que dirima la disparidad de opiniones sobre la exhumación de sus restos generada en su familia.

Los restos de Lorca y Galindo no se cotejarán, como los demás, con muestras de ADN de sus familiares, el paso imprescindible para las identificaciones. Sin embargo, sus familias se quedarán con las muestras individualizadas que va a tomar la Junta, por si durante el proceso cambian de opinión o desean hacer esos análisis pasado un tiempo. En el caso de Arcollas, la identificación se presentan, avisa Justicia, "muy complicada", porque carece de familia con la que comparar muestras y ha sido la CGT, su familia ideológica, quien ha querido recuperar su osamenta.

Los trabajos de apertura, que cuentan con 60.000 euros de presupuesto y un plazo de ejecución de cuatro meses, se harán en cuatro fases: una investigación preliminar, más histórica; una segunda arqueológica o exhumatoria, que conlleva la apertura física del enterramiento; una investigación forense y un informe final de conclusiones. Encargados de estas fases estarán cuatro especialistas de la UGR, que llevan décadas en Alfacar: Rafael Gil Braceno, Francisco Carrión, José Antonio Lorente y Maribel Brenes. Ni ellos ni ninguno de los empleados que participen en el proceso podrán grabar ni difundir lo que suceda; se les quitarán los teléfonos móviles y deberán firmar un compromiso de confidencialidad. La Junta, a cambio, promete hacer fotos y filmaciones "oficiales" para la prensa. Así pretenden evitar el "circo mediático" del que tanto han abominado los herederos del dramaturgo.

La familia Lorca ha logrado otra importantísima conquista, pues la Junta, como le pidió, ha decidido declarar la zona de la fosa como "lugar apto para el enterramiento", con lo que sus restos podrán mantenerse en Alfacar. La única posibilidad que se manejaba hasta ahora, en virtud del protocolo de exhumaciones de la Junta, era el enterramiento sin identificar en un osario, en el cementerio de la localidad.

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