La crisis de su negocio salvó a un hombre de pasar ocho años entre rejas. La Audiencia Provincial de Sevilla ha absuelto a un empresario de la construcción ya que el impago de sus deudas, por el que fue denunciado, no se debió a un engaño sino a la mala racha de sus negocios, que terminó en una suspensión de pagos.
Según la sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia, a la que tuvo acceso Efe, el acusado, titular de una empresa de Lebrija, debía 20.169 euros por unos trabajos de escayola y el 7 de agosto de 1997 firmó una escritura notarial por la que reconocía la deuda y cedía a la sociedad acreedora su derecho por una póliza de garantía de créditos.
Cuando el acreedor intentó cobrar la póliza, la aseguradora Mapfre le dijo que estaba cancelada desde el 1 de julio de 1997, por lo que la acusación particular pidió una indemnización equivalente a los 20.169 euros de la deuda más otros 15.000 euros por los costes del pleito civil para reclamar dicha cantidad. Además, el acreedor pidió en el juicio ocho años de cárcel por delitos de estafa e insolvencia punible, pero la sentencia absuelve al acusado por la vía penal porque no considera demostrado que "llevara a cabo ningún ardid o maquinación para engañar a su acreedor".
Por el contrario, el fallo recoge que dejó de pagar por "las circunstancias adversas en la marcha del negocio que poseía por la falta de liquidez por incumplimiento de terceros de sus compromisos", según los jueces, que precisan que el acreedor conocía el "aprieto económico" del empresario, pues se hizo constar en la escritura notarial que firmaron.
