Local

Aburrición

Ahora que la televisión pública española ha tenido la feliz idea de sacar de la calle la lengua hablada, digan lo que digan nuestros vetustos académicos, ahí voy con una de mi abuela, natural de Villalba del Alcor: aburrición, que para mi alegría está recogida...

el 15 sep 2009 / 23:47 h.

Ahora que la televisión pública española ha tenido la feliz idea de sacar de la calle la lengua hablada, digan lo que digan nuestros vetustos académicos, ahí voy con una de mi abuela, natural de Villalba del Alcor: aburrición, que para mi alegría está recogida en el Diccionario, aunque el chino corrector dice que no. Mi ideario político me sitúa ente los partidarios de la limitación de mandato, forma parte de la cajonera fundamental de ideas perteneciente a mi cultura republicana. Por eso, siempre que puedo lo digo, como si viviera en una república que no es el caso, sino monarquía constitucional, cuyo monarca no he votado por mucho que defiendan lo contrario los hagiógrafos del status quo. Y si vivo en un lugar donde el rey lo es hasta que quiera, la verdad, me siento desbordado por el debate, porque sobre todo, creo en la igualdad y me da la impresión que en esto no se da, como tampoco en lo de que las niñas no puedan ser reinas. Pero, estoy convencido y, puesto a liarla, propondría hasta una monarquía a término, como se atrevió a proponer para el matrimonio la diputada germana Pauli: siete años, renovables. No se extrañen, repasen la historia de las cosas que hemos visto: hasta monarquías electivas. Fuera de esto me siento aburrido -qué aburrición abuela- por la mediocridad del debate.

Los convencidos abundamos en la paciencia, los desesperados, porque no llegan cuando se les da una oportunidad o porque no le gustan las carreras de esfuerzo, se desgañitan, dando el cante de la inoportunidad o el ridículo; además, suelen salirse de la trabajadera de la pasión. Lo malo es que un tonto propio es más dañino que un tonto ajeno. La diferencia es clara: el ajeno trabaja para ti, el propio para el ajeno. Chaves lleva gobernando 19 primaveras. Es verdad, además, ya no es mocito, aunque luce una envidiable forma física. Chaves no es Fraga, ni Ibarretxe, ni Pujol. A Arenas no me atrevo a compararlo con nadie, porque luciendo también palmito, no recuerdo un aspirante más longevo, por reiterativo, a la presidencia de un gobierno en España.

Licenciado en Derecho y Antropología

aroca.javier@gmail.com

  • 1