Vídeo cedido por Canal Sur Televisión
Santiago del Valle fue condenado en noviembre de 2002 por el juzgado Penal 1 de Sevilla acusado de abusar de su propia hija de cinco años. El juez le impuso dos años y nueve meses de cárcel después de que él mismo destapara el caso tres años antes. Junto a él fue condenado su mujer y madre de la pequeña, Isabel García, al tener "pleno conocimiento" de los hechos.
Tanto Santiago como su esposa, ambos ahora detenidos por el crimen de Mari Luz, fueron diagnósticados de una minusvalía psíquica. El acusado padece una esquizofrenia paranoide con una minusvalia del 75% y su esposa del 65%.
En enero de 1999, ante las cámaras de Canal Sur el acusado denunció que el profesor de gimnasia de su hija era quien estaba abusando de la pequeña. Reclamó de 10 a 15 millones de las antiguas pesetas para retirar la denuncia, lo que desencadenó la investigación. El fallo relata que los abusos comenzaron la primavera de 1998, cuando Santiago, entonces con 37 años, realizó tocamientos en los genitales a la pequeña y la obligó a masturbarle. Según la sentencia, los acusados pretendían además obtener una "sustanciosa cantidad de dinero".
Santiago fue entonces condenado a 21 meses de cárcel por abusos sexuales y a otro año más por falsedad documental, ya que presentó unos informes médicos falsificados en los que de su puño y letra había escrito: "Niña de 5 años declara que el profesor del colegio le tocaba sus partes íntimas, la cual se encuentra en estado sicótico traumatizada por los hechos ocurridos". Además la sentencia impuso una indemnización de diez millones de pesetas para el profesor, que estuvo imputado en el proceso durante un año y medio. La misma cantidad que reclamó en televisión el condenado.
El matrimonio tenía dos hijos, de cinco y un año. Tras aparecer en televisión, Asuntos Sociales abrió una investigación que concluyó con la retirada de la patria potestad de los dos pequeños. La sentencia, en 2002, condenó a la pareja a seis años de retirada de la custodia de los niños, entonces con nueve y tres años. Hoy con 15 y 9. Hoy siguen tutelados por la Junta y en régimen de acogimiento preadoptivo. El juez constató que como consencuencia de los abusos la menor sufría "baja autoestima, tendencias autoinculpatorias y ansiedad", junto a otros muchos desajustes emocionales.
La historia comenzó cuando el matrimonio remitió una carta a Canal Sur con una historia inventada en la que acusaban al profesor de gimnasia de su hija de abusos. La televisión autonómica envió un equipo al domicilio, situado en el barrio sevillano de las Tres Mil Viviendas y allí Santiago concluyó su historia con un testimonio tan sorprendente que fue decisivo para destapar que todo era una historia falsa. "Yo le pido 10 millones como mínimo y que dé gracias a Dios. Yo no quiero dinero pero lo que más duele es una hija [...] Y si le parece poco en vez de 10 le pido 15", declaró ante las cámaras. Su mujer relató entonces a los informadores de Canal Sur -según recordó ayer la cadena autonómica en sus informativos- que habían tenido otra hija, la mayor de los tres, que murió -según el relato de la madre- arrollada por un camión. Un accidente por el que la familia cobró una indemnización de 20 millones de pesetas. Canal Sur también ofreció imágenes de la pareja en el juicio, tres años después.