Economía

Achicar agua para jugar

Empresa Sportdrain. Drenaje de instalaciones deportivas. ¿Qué tal si abrimos zanjas y, a la vez, colocamos todo un preciso sistema de drenaje? Descubierto el nicho de mercado, hecha la empresa.

el 23 abr 2014 / 23:01 h.

TAGS:

15688417 Es habitual ver cómo los charcos y la humedad excesiva de un campo dificultan e incluso impiden practicar fútbol, golf o rugby en Andalucía. Se trata, por lo general, de un problema de drenaje del terreno que en otros países con más lluvias, como Holanda o el Reino Unido, resuelven con técnicas más sofisticadas y menos invasivas que levantar por completo el terreno para abrir zanjas, colocar tubos y recolectores, echar grava y demás pasos intermedios, que los hay y tienen su coste adicional. ¿Y si todo se hiciera a la vez? Descubierto este nicho de mercado, dos socios sevillanos, uno aportando la formación académica y el otro poniendo la academia de la experiencia, aprovecharon para emprender y crear su propia empresa: Sportdrain, su nombre. «Fundamentalmente, nos estamos encontrando sistemas de drenajes de campos deportivos construidos hace muchos años, con fallos en su diseño inicial, sistemas obturados ya por el uso, drenes obsoletos, etcétera. Es ahí donde actuamos, aunque también construimos sistemas de drenajes nuevos», comenta Javier Romera, gerente y uno de los dos socios de la firma, con sede en La Puebla del Río. «Cada terreno es un mundo». Una humedad en demasía –agrega este emprendedor– conlleva la aparición de numerosos daños en la capa natural de césped. Desde enfermedades fúngicas, posibles podredumbres y plagas, «hasta un más que probable encharcamiento que haga impracticable el juego en esa zona determinada». En ausencia de agua, el césped amarillea y se seca; en abundancia y sin lograr airearse, se pudre y muere a pesar de ser una planta que requiere un frecuente riego. En el deporte, el tiempo es oro. El instante concreto y la duración exacta de un proyecto. «En fútbol es imposible tener cerrado un estadio durante la temporada y en golf se acometen obras de reparación o instalación de nuevos sistemas de drenaje de manera parcial, es decir, un determinado número de hoyos para así mantener otra parte del terreno abierta el juego». Por tanto, explica Javier Romera, los clientes «lo que exigen es una ejecución de obra rápida y con una calidad máxima en los acabados, además de la lógica garantía de que todo el sistema funcione perfectamente. Tener un hoyo cerrado en un campo de golf, por ejemplo, supone una pérdida económica importante para la empresa que lo gestiona». Tuberías bajo el terreno de juego del campo de fútbol roteño. Tuberías bajo el terreno de juego del campo de fútbol roteño. El gerente, que es ingeniero agrónomo, se atreve a asegurar que la inmensa mayoría de los campos andaluces de fútbol arrojan problemas de desagüe. Su socio y responsable técnico de Sportdrain, Miguel Mayo Soltero, pone el dedo en la llaga: el estadio del Benito Villamarín. «Su drenaje fue ejecutado en el año 1982 y desde entonces no se ha renovado. Sus finos tubos, que evacuan en colectores tras las porterías, están obstruidos, de ahí sus problemas y la necesidad de modernizar el sistema. Hay que tener en cuenta que un drenaje tiene una vida útil máxima de diez años, y aquí estamos hablando en concreto ¡de más de tres décadas!». Miguel Mayo dice «haber echado los dientes» en este negocio de los drenajes, aunque principalmente para la agricultura, puesto que su padre, reseña, fue uno de los artífices de la recuperación de las marismas del Guadalquivir, de ahí su contacto directo con la actividad. Pero, ¿qué realiza y aporta Sportdrain? ¿En qué se diferencia del resto? Es, en concreto, un sistema de ingeniería «altamente cualificado», con máquinas drenadoras diseñadas específicamente para la colocación de tuberías para drenaje en el lecho de las zanjas, con una profundidad e inclinación que dependen del terreno y controladas por un láser incorporado. Es más, en una sola operación, se abre la zanja, se instala la tubería con su filtro y se controla cómo de hondo y con qué pendiente, «de una manera uniforme y precisa». «Las máquinas están más que probadas desde hace muchos años, son de tecnología holandesa e inglesa. Proceden, pues, de países en los que, por su propia climatología, es habitual trabajar con esta tecnología drenadora». «Nuestro sistema exclusivo Desigrab nos permite controlar durante toda la instalación el espesor de la capa superior e inferior de gravas que aplicamos en el sistema de drenaje. Podemos variar el mismo durante la instalación según sean las necesidades propias del terreno de juego», sostiene. El emprendedor sevillano resume en seis las ventajas de este sistema de control de la humedad del campo y, pues, de achicar el agua: «Menor daño del terreno de juego; menor contaminación del césped; menor tiempo de ejecución; colocación mecánica del sistema de drenaje; precisión con el sistema láser-plane y GPS; exhaustivo control de pendientes y profundidades, y, por último, instalación mecánica de la capa de gravas superior e inferior». «Destinamos nuestros esfuerzos comerciales principalmente a céspedes naturales, concretamente en fútbol de 1ªy 2ª división, golf, polo, rugby, campos de hípica y paisajismo», precisa Javier Romera. Como autónomos, y cada uno por su lado, habían realizado previamente trabajos de drenajes, hasta que decidieron dar el «arriesgado pero con mucha ilusión» paso de gestar una empresa y adquirir e importar la maquinaria necesaria: las drenadoras específicas, los equipos de GPS, tractores, aperos, remolques, etcétera. «Podemos aumentar el ahorro de agua y energía que empleamos en el riego del terreno de juego. De hecho, el sistema de drenaje cabe controlarlo por smartphone o tablet».

  • 1