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Acorralando a los tóxicos

Investigadores sevillanos se sirven de la nanotecnología para localizar pesticidas

el 28 jul 2011 / 20:01 h.

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Investigadores sevillanos utilizan la nanotecnología para localizar sustancias tóxicas.

Un equipo de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla , dirigido por la profesora Ana Paula Zaderenko, ha desarrollado unos novedosos detectores de pesticidas: los nanosensores. No son más que pequeños trozos de metal pero, gracias al uso de las nanotecnologías (aplicación de herramientas tan pequeñas que funcionan a nivel atómico y molecular), son capaces de revelar la presencia de contaminantes y otras sustancias tóxicas en el agua o los alimentos.

El invento, que ha sido ya patentado y está pensado para la industria agroalimentaria y el análisis medioambiental en general, tiene la ventaja adicional de detectar tóxicos que otros sensores no logran encontrar. Por si fuera poco, es además más económico.

Según señalan los inventores del "nanosensor", tal y como lo denominan, con esta patente se ha buscado proporcionar "un método de medida de contaminantes que sea asequible para las pequeñas y medianas empresas que deban realizar seguimientos de la calidad de aguas por sí mismas". De igual forma, agencias medioambientales encargadas de la búsqueda de sustancias tóxicas en ríos, acuíferos o regadíos también pueden usar el invento, así como las industrias alimentarias en general, pues el nanosensor permite la detección de "cantidades incluso infinitesimales" de pesticidas, plaguicidas o contaminantes similares.

El procedimiento desarrollado por estos investigadores sevillanos consiste en la obtención de nanopartículas de metales, de tamaño microscópico, con las que se elaboran los sensores. Las moléculas metálicas obtenidas -de plata, oro, cobre, aluminio o paladio- se depositan sobre un sustrato -de vidrio, papel o algodón- siguiendo una configuración determinada. El resultado es un material "inteligente" que funciona de forma natural como un sensor. Si depositamos sobre él una sustancia que contenga un tóxico, éste se hace fácilmente detectable por los instrumentos.

"Las nanopartículas metálicas son como pequeñas antenas, amplifican los campos electromagnéticos que inciden en ellas; por tanto, cuando se les deposita encima la muestra que se quiere analizar, la señal de su espectro se ve amplificada y permite la detección de cualquier tipo de moléculas, aunque se encuentren en bajas concentraciones", explicó la profesora Zaderenko.

Tal y como subraya esta investigadora de la Pablo de Olavide, hasta ahora el análisis de determinados pesticidas y plaguicidas sólo era posible a través de "técnicas complejas" (cromatografía unida a espectrometría de masas de alta resolución), de coste elevado debido a -entre otras cosas- el laborioso trabajo requerido en la preparación de las muestras. Los nanosensores evitarán esta onerosa preparación, simplificando también los instrumentos a utilizar.

Además de ello, otra de las novedades que presenta este sistema radica en que permite medir compuestos contaminantes que otro tipo de sensores no eran capaces de mostrar hasta ahora. Es el caso del diurón, sustancia utilizada como pesticida para olivares y cítricos habitual en Andalucía, imposible de detectar por otros métodos y caracterizada porque puede resultar tóxica y acumularse en la cadena trófica por su cualidad de adherirse a los tejidos grasos (lipófila).

El desarrollo de la patente ha resultado posible gracias a la financiación recibida del Ministerio de Medio Ambiente , la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía.

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