Al menos tres supuestos terroristas y un niño, así como tres miembros de los servicios de inteligencia murieron en un tiroteo y una explosión durante el asedio que las fuerzas de seguridad afganas llevaron a cabo en una casa del oeste de Kabul, informó una fuente policial.
El jefe de los servicios de inteligencia afganos, Amerullah Saleh, explicó que los fallecidos en la vivienda asediada, entre ellos una mujer, estaban directamente relacionados con el atentado frustrado del pasado domingo contra el presidente afgano, Hamid Karzai.
El ataque, en el que murieron tres personas, fue perpetrado cuando Karzai, quien resultó ileso, presidía un desfile militar. El atentado fue reivindicado más tarde por las milicias talibán. Durante la operación de ayer, las fuerzas de seguridad asediaron la vivienda en la que se alojaban los supuestos terroristas y les pidieron que se entregaran, pero los rebeldes dispararon contra los policías y causaron la muerte de tres agentes, agregó Saleh.
Tras el tiroteo, los fuerzas de seguridad volaron la casa y murieron las cuatro personas que se encontraban en su interior.
Según la fuente, la mujer fallecida, que no es de nacionalidad afgana, planeaba llevar a cabo un atentado suicida, mientras que los otros dos sospechosos tenían la intención de utilizar al niño en un ataque de esas mismas características. Otros ocho insurgentes fueron detenidos por facilitar armas a los responsables del atentado contra Karzai en otra operación desarrollada en el este de la capital. Saleh añadió que en estos momentos se está llevando a cabo una tercera ofensiva en el sureste de Kabul.
Desde Pakistán. El jefe del espionaje afgano manifestó disponer de "pruebas sólidas" que demuestran que la insurgencia talibán utiliza suelo paquistaní para atacar Afganistán. "No tenemos ninguna prueba de si esta operación (el ataque) ha contado con algún favor o si ha salido de los servicios especiales de Pakistán. Pero claramente hay muchas pruebas sólidas que sugieren que el suelo paquistaní ha sido utilizado, una vez más, para infligir daño a nuestra nación", aseguró Saleh. El jefe de los servicios de espionaje de Afganistán aseguró que la casa donde se produjo la redada era "muy sofisticada y segura. Pedimos a los terroristas que se rindieran, que tuvieran piedad con el niño y ahora parece que lo tenían para utilizarlo como suicida", afirmó.
