El 92 por ciento de la plantilla de la fábrica de Puleva en Alcalá de Guadaíra, reunida ayer en asamblea, ha dado su visto bueno al acuerdo alcanzado con la empresa en el maratoniano último día de negociaciones que se prolongó desde las ocho de la mañana del lunes hasta las 10.30 de la mañana de ayer. La dirección acepta «el traslado a Granada para el 100 por ciento de la plantilla» y excluye así la posibilidad de forzar traslados a las plantas de Mollerusa (Lérida) y Galicia, aunque rebaja las indemnizaciones para quienes decidan no mudarse, hasta un máximo de 33 días por año trabajado y 24 mensualidades más una ayuda lineal de 7.000 euros, explicaron fuentes sindicales. El grupo francés Lactalis no ha dado marcha atrás en su intención de cerrar la planta sevillana y de concentrar en Granada toda su producción láctea andaluza, aunque explicó en una nota que esa movilidad obligada se verá complementada con «ayudas y medidas de acompañamiento social para facilitar» esos traslados, indicando que se han valorado supuestos especiales «ofreciendo un trato personalizado a aquellos empleados que tienen necesidades específicas al tener, por ejemplo, familiares dependientes a su cargo». Son tres los trabajadores en esta situación, que además de cobrar la indemnización, tienen el compromiso de ser reubicados en otras empresas en la provincia. Quienes decidan trasladarse a Granada recibirán una ayuda de 10.000 euros, además del pago de los gastos del transporte y la mudanza y facilidades para encontrar vivienda y colegio. Fuentes próximas a la negociación reseñaron que se ha conseguido que los trabajadores mantengan la categoría, lo que implicará de facto un incremento salarial de entre 2.500 y 8.000 euros anuales porque el convenio de Granada es superior al de Sevilla. No obstante, el acuerdo no ha sido firmado por unanimidad del comité de empresa. El presidente del mismo, Guillermo Díaz, explicó ayer a esta redacción que se levantó de la mesa a las cuatro y media de la mañana porque no estaba de acuerdo con algunos planteamientos de la empresa, por lo que optó por no firmar nada. Díaz justificó su decisión desde el respeto a los trabajadores a los que ha defendido y cuya decisión respeta. A su juicio, el hecho de que la empresa se haya echado para atrás de la propuesta inicial de indemnizar con 45 días y un máximo de 42 mensualidades y que los trabajadores que venían de otras empresas como Azucarera Ebro pierdan las garantías que asumió Puleva en su día (de condiciones salariales y mantenimiento en su puesto de trabajo) han pesado en su decisión. De los 70 trabajadores, se han recibido 57 votos a favor y cinco en contra. El resto, que no ha votado, son mandos intermedios y varios jubilados parciales. De esta manera, la empresa comenzará desde hoy y hasta el 31 de mayo a enviar las cartas a los trabajadores para que decidan si se trasladan o se acogen a las indemnizaciones o a las prejubilaciones, a las que optarán por el momento seis personas de más de 57 años. Para ello tendrán veinte días. La negociación recoge, además, un periodo de carencia hasta el 31 de diciembre por el que, si un trabajador se arrepiente de haberse trasladado a Granada, podrá acogerse a la indemnización. La fábrica de Sevilla cerrará así definitivamente sus puertas el próximo mes de junio.