Alguien definió la jornada de ayer como la "última Tarde con Adelita Domingo", en alusión a las habituales reuniones que cada viernes mantenía con artistas en el salón de su casa. Esos mismos amigos fueron los que no abandonaron el Tanatorio de San Jerónimo donde, a mediodía de ayer, se celebró un responso por el descanso de esta maestra de la copla cuyo mejor legado es la muy activa generación de cantantes que ejercen hoy su arte y a los que impartió su magisterio.
Un ejemplo de ello es Pastora Soler, que acompañó el cortejo hasta el Cementerio de San Fernando y que rememoró como "Adelita enseñó a muchos a ser, no sólo cantantes, si no artistas". "Nos ayudó a dominar el escenario y a transmitir. Personalmente siempre me ha llenado de orgullo haber salido de su escuela. Es un golpe enorme para la copla, para la música", opinó en medio de un sepelio inusualmente adusto para lo que habitúa a ser el mundo del folclore: "Ella no fue nunca un personaje mediático, fue mucho más, una grande de la enseñanza, por eso su despedida es seria y emocionada, pero no ruidosa", opinó Javier Jacinto, representante de artistas vinculados con el mundo de la copla.
A juicio de Charo Reina -compartido con Matilde Coral-, "se ha ido un icono del arte sevillano" porque "el que no la conociera a ella o a su obra es que no conoce profundamente esta ciudad". Para la cantante y actriz, "Adelita Domingo ha parido artísticamente a muchas grandes que hoy adoramos encima de un escenario, como por ejemplo Paloma San Basilio o Pastora Soler". Su último recuerdo de ella fue cuando "vino a verme al Teatro Quintero y luego me visitó en el camerino (...) estará siempre en nuestro corazón, en nuestro pensamiento y en ese cielo que tiene Sevilla reservado para sus artistas".
Como ella, la bailaora Cristina Hoyos expresó su "sentido pésame" por el deceso y aunque matizó cómo en su caso se escoró hacia el flamenco, "Adelita Domingo también nos animó a tomar otros caminos y siempre tuvo palabras de ánimo aun cuando mi carrera fuera por otros derroteros diferentes".
Más cercana a su quehacer, la cupletista y saetera Patricia Vela, sin haber llegado a ser alumna, sí que pudo conocerla de cerca para concluir que era "una persona muy inteligente, una gran psicóloga y una mujer muy moderna para su época, con una mentalidad abierta". Especialmente emocionada, Marifé de Triana rememoró cómo Adelita Domingo "se enamoró del arte, del los escenarios, desde que debutó con siete años en el Teatro San Fernando. Se ha marchado una institución que será recordada por siglos", aseguró.
