Pareja Obregón era un personaje muy conocido en el ambiente artístico y social de la Sevilla más tradicional y costumbrista. Afincado en Gines, la vocación por la cultura popular y el folclore de la Baja Andalucía fueron una constante desde su juventud, en la que también intentó la aventura del toreo llegando a tomar la alternativa el 1 de noviembre de 1951 en la antigua plaza de toros de Utrera de manos de manos del genial diestro sevillano Manuel Jiménez Chicuelo, que ése mismo día se retiró de los ruedos después de doctorarlo en compañía de Juan Doblado, que también se cortó la coleta en esa fecha para el recuerdo.
Pero esa corrida otoñal del viejo coso del Arrecife fue también la última de de Juan de Dios Pareja Obregón, que le entregó la castañeta de torero a su mujer, Delia Pol, cumpliendo la promesa de no vestirse nunca más de luces. La prematura retirada del toreo -debut y despedida en el mismo día- no fue inconveniente para que vistiera el traje corto y participara en la organización de infinidad de festivales, muchos de ellos montados junto al recordado sacerdote Leonardo Castillo, responsable diocesano de Cáritas y catalizador de los beneficios de aquellos festejos que acabaron bautizándole como Padre Festivales. La participación en esos eventos benéficos le valdría a Juan Dios Pareja Obregón para hacerse merecedor de la Medalla de la Beneficencia.
Pareja Obregón fue nieto del mítico diestro Manuel García El Espartero, muerto trágicamente en los ruedos a finales del siglo XIX y casado con la viuda de Concha y Sierra de la que el fallecido acabaría heredando junto a sus hermanos la legendaria finca de La Abundancia en la que administraría la vacada que llevó el nombre de su abuela antes de ser enajenada a una sociedad norteamericana.
En esos cerrados marismeños se forja la vocación campera y taurina de este escritor, poeta, letrista y compositor sevillano, que sólo se ha llevado a la tumba una pequeña frustración: la de ser pregonero de la Semana Santa de Sevilla. En cualquier caso, Juan de Dios sí tuvo la satisfacción de ver a su hijo Martín -era padre de seis hijos más- convertirse en matador de toros de manos de su amigo Curro Romero y en presencia de Espartaco el domingo de Resurrección de 1991.
La figura de Juan Dios Pareja Obregón no puede ser recordada sin unirla a su gran devoción a la Virgen del Rocío. Muchas letras que cantan la romería de Pentecostés y permanecen en el imaginario popular pertenecen a su florida pluma.
El funeral por su eterno descanso se celebrará a las 10.45 de hoy en la iglesia parroquial de Gines. Sus restos serán conducidos después al cementerio de San Fernando de Sevilla.
