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Adiós a la casa que hizo escuela

Ciencias de la Educación se despidió ayer de su sede en Ciudad Jardín

el 16 sep 2010 / 20:35 h.

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Antiguos alumnos, profesores y personal de administración se despidieron ayer del centro de Ciudad Jardín.
En 1965, España estrenaba la reforma de la Enseñanza Primaria y Sevilla, su nueva Escuela Normal de Magisterio, en la Avenida de Ciudad Jardín. Manuel Marín Sánchez fue uno de los primeros alumnos en cruzar sus puertas. Ayer, 45 años después y ya como catedrático del área de Psicología Social de la Facultad de Ciencias de la Educación, se despidió del edificio de Ciudad Jardín, que cerró definitivamente sus puertas ya que Ciencias de la Educación se ha mudado al campus de Viapol, a un edificio de diseño firmado por los arquitectos sevillanos Cruz y Ortiz. Junto con un nutrido grupo de antiguos alumnos -muchos de ellos docentes de profesión-, recordaron las trastadas que hicieron en sus años mozos (manchar el suelo con el barro de sus mocasines Apache e intentar entrar en el patio de las niñas fueron sus máximas gamberradas. Tiempos aquellos...) y a todos y cada uno de los que en 1965 empezaron a escribir la historia de la facultad.

Pero no sólo el acto daba fe de que Ciencias de la Educación se ha ido ya de Ciudad Jardín. Los bares de los alrededores y las escaleras de la entrada de la facultad vacíos eran la prueba evidente de que la actividad académica ya no es quien da vida al barrio. Ni en los árboles ni en los balcones de las casas cuelgan carteles de alquiler de pisos para los estudiantes.

La entonces Escuela Normal de Magisterio se inauguró el 4 de octubre de 1965 a las siete de la tarde (su construcción comenzó en 1959 y costó 48 millones de las antiguas pesetas). Y como en todo acto oficial, las máximas autoridades políticas y académicas lo presidieron. El rector Calderón Quijano, el alcalde Hernández Díaz y el ministro Lora Tamayo destacaron que el nuevo centro académico era una apuesta para lograr "mayor eficacia y rendimiento de las escuelas y maestros". Cuarenta y cinco años después, Ciencias de la Educación ha logrado "el sueño" de una sede única en la que poder formar a los maestros del futuro. El tiempo pasa, pero los retos siguen siendo los mismos.
El rector de la Universidad de Sevilla, Joaquín Luque, fue el encargado de dar la bienvenida a los asistentes, a los que reconoció que estaba "muy agradecido" por haber sido invitado a un "sencillo aunque histórico" acto. Tras sus palabras, se proyectó un vídeo recordando los avatares por los que ha pasado la facultad, que no han sido pocos. Pero como "los edificios son cascarones vacíos si no los llenan las personas", diez miembros pasados y actuales de Ciencias de la Educación desfilaron por el atril del salón de actos para contar cuáles habían sido sus vivencias. Aunque historias había decenas en los asientos del público. Sin ir más lejos, la de Juan de los Reyes Morales, que fuera conserje en el centro durante 13 años. "He sido de todo, pero aquella fue la mejor época de mi vida", afirma mirando a su mujer. "Mira si fui querido en el centro que los alumnos todavía van a mi casa el día de mi santo para llevarme una tarta", subraya orgulloso.

En el ambiente flotaba, sin embargo, una pregunta: ¿qué pasará ahora con el edificio? Pocos, muy pocos, sabían que el inmueble será demolido para construir en su lugar pisos de VPO y de renta libre, así como un parque para el barrio. Bruesa, la empresa que ha construido la nueva Facultad de Ciencias de la Educación en Viapol, se hará cargo del edificio de Ciudad Jardín como pago por las obras. "¿Tirarlo? A mí no me gustaría que se tirara porque aquí se podría hacer algo muy bueno, ¿no?", se pregunta al aire Juan.

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