El examinador de tráfico era hasta ahora ese señor o señora con cara de pocos amigos que, sentado en la parte trasera del vehículo, le pedía secamente al desasosegado alumno que arrancara el coche sin otro preámbulo que el de reclamarle su DNI y solicitar que estampara su firma en el acta del examen. Desde el pasado 19 de septiembre -fecha de la implantación en Sevilla de las primeras pruebas pilotos del nuevo examen práctico de conducir- esa imagen austera y distante de los examinadores ha comenzado a cambiar.
Buscando adaptarse a la directiva europea sobre permisos de conducción, el nuevo examen práctico trata de conseguir una "mejora de la calidad" de las pruebas de conducción para la obtención del carnet.
Así, los exámenes tienen ahora una duración mínima de 25 minutos, de los cuales los diez primeros el alumno conduce de forma autónoma hasta algún punto conocido sin indicaciones por parte del examinador. Previamente, antes de arrancar el coche, el funcionario de turno se identifica ante la persona que se somete a la prueba y le explica en qué va a consistir, todo ello buscando "humanizar el examen", según apunta el portavoz de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Sevilla, Manuel Garrido, quien ya ha asistido a varias pruebas de la nueva modalidad de examen.
"Durante esos diez primeros minutos de conducción autónoma el alumno va relajadamente conduciendo, siguiendo la trayectoria que él mismo ha elegido sin necesidad de que nadie te dirija". Esto ayuda a que el examinado se tranquilice y realice mejor el resto de la prueba, ya que la intención es que se valore el tiempo de conducción completo a lo largo de los 25 minutos que dura. "Antes, la prueba duraba 20 minutos y podía interrumpirse en cualquier momento a criterio del examinador bien por acumulación de faltas leves o por la comisión de una falta eliminatoria, lo que supone que está suspendido", señala Garrido.
Precisamente, el tiempo obligatorio de duración de la nueva prueba en 25 minutos ha despertado las críticas del colectivo de examinadores de tráfico, que no entienden por qué ha de prolongarse innecesariamente el examen si en el minuto uno el alumno ya ha cometido una falta que suponga su suspensión.
Los examinadores mantienen que la suya es una profesión de riesgo, ya que en muchas ocasiones se convierten en las víctimas de sus examinados y se sienten totalmente desprotegidos ante ellos. Ayer mismo, la Asociación de Examinadores de Tráfico emitía un comunicado en el que critica con dureza que "esta prolongación innecesaria de los exámenes no ayuda en nada a prevenir las conductas violentas que, desgraciadamente, venimos sufriendo en los últimos tiempos en forma de insultos, amenazas e, incluso, agresiones", situación que ha llevado al colectivo a reclamar que sean considerados como autoridad, para que de este modo las agresiones que sufren se castiguen con más dureza y los alumnos se lo piensen dos veces antes de agredirlos.
Precisamente, con la implantación del nuevo examen práctico, el examinador está ahora obligado a dar las explicaciones oportunas al aspirante sobre el resultado de la pruebca, en lugar de dar las notas al profesor de la autoescuela como se hacía hasta ahora.
Para la Asociación Provincial de Autoescuelas de Sevilla, el nuevo examen práctico supone una mejora de su calidad puesto que "humaniza la prueba y la hace más natural", al tiempo que contribuye a "cambiar la imagen de los examinadores". Y aunque aún no hay datos estadísticos, "puede ayudar a que apruebe más gente", apunta Manuel Garrido.
