“Aquí, en Eduardo Dato, hay un enorme tesoro oculto que hay que desvelar con las luces de la memoria para que la ciudadanía sepa de su existencia, lo valore y haga suyo”. Son palabras del profesor de la Universidad de Sevilla Julián Sobrino Simal, uno de los perseverantes cabezas visibles de un movimiento que pretende que Sevilla, y Andalucía, le saque punta (turística, patrimonial, ciudadana, económica) a sus edificios históricos industriales en vez de dejarlos perecer.
El profesor Sobrino acudió ayer al Acuartelamiento Monterrey, frontero a la Fábrica de Artillería, para presentar a los medios de comunicación el nutrido, apretado –sólo dos semanas– y excepcional programa de actos con que los militares dirán adiós a su casa madre, una mole arquitectónica de 20.000 metros cuadrados que desde 1565 hasta este siglo XXI ha mantenido una presencia militar continua y que desde ya está en manos del Ayuntamiento de Sevilla, su nuevo propietario.
“Parecía obligado que antes de dejar la fábrica rindiésemos homenaje a todos los que han tenido relación con ella desde hace tantos y tantos años”, justifica el delegado del Ministerio de Defensa en Andalucía, Antonio Esquivias López-Cuervo. Por tal motivo, se ha organizado una batería de actividades englobadas bajo el título de Luces sobre la memoria que se desarrollarán entre el 14 y el 27 de junio.
“Serán 15 días en los que la fábrica se llenará de ciudadanía”, recalca Sobrino. Habrá visitas guiadas al edificio –altamente recomendables y previa solicitud en la web del Ministerio de Defensa, donde “a partir del lunes se colgará el programa”–, un gran desconocido para la inmensa mayoría de la ciudadanía pese a que, en los últimos años, Defensa ha atendido unas 80 peticiones de grupos y/o entidades.
Otro plato fuerte de la celebración será la organización de una exposición sobre la historia del monumento pero repartida en tres sedes: en la propia fábrica, en el Museo Histórico Militar y en el Archivo General de Andalucía, donde se conserva el riquísimo legado documental que sobre el inmueble y su historia nos ha sido legado.
También para el común de los mortales se organizará un concurso de fotografías con la fábrica como objeto principal –y se expondrán las mejores–. Para un ámbito más profesional, se organizarán un taller de arquitectura en colaboración con el Colegio de Arquitectos y su Fundación Fidas, amén de un seminario científico en el que destacados expertos en patrimonio reflexionarán en voz alta sobre el futuro con que la Fábrica de Artillería debiera seguir alimentado su secular historia. Y que el alcalde de turno tome buena nota.
