La imagen que descansa sobre estas líneas lo dice todo, esto se acaba. Lo que queda de los envoltorios que sobrevivieron al día de Reyes termina de igual modo en la basura, se apura el último trozo de roscón que quedó olvidado en el frigorífico y mientras que los niños vuelven al colegio, los padres ruegan un minuto de tranquilidad.
Ahora que ya se ha despedido a toda la parentela hasta dentro de bastante tiempo y que se han conseguido entender (más o menos) las dichosas instrucciones del regalo lleno de botones y en inglés que trajeron los Reyes Magos, también queda una vaga sensación de final. Las vacaciones se terminan, no es plato de buen gusto pero es tan cierto como las inmensas colas en las tiendas el primer día de rebajas. Eso sí, todo tiene su lado positivo, concretado en este caso en un magnífico par de días que regala este fin de semana para poder decir adiós de la mejor manera a la Navidad.
Planes para estos dos días: De todo fuera y dentro de la ciudad de Sevilla, desde una gran sesión de ópera o un íntimo concierto de cantautor, hasta gastar un buen día no haciendo nada más que degustar mosto, pasando por los trucos de magia y el teatro; ante todo variedad. ¿No parece buen plan? El sábado comienza con la atronadora voz del solista en el escenario, una sesión de comedia italiana a escena que encuentra en El Barbero de Sevilla uno de los grandes y más divertidos clásicos de la ópera de todos los tiempos. Merece la pena estar a las ocho de la tarde en Fibes para escuchar a Rosina y Almaviva clamando por su desafortunado amor contra el malvado Don Bartolo.
Cruzando la ciudad de un extremo a otro es menester que se plante en la Alameda de Hércules, la siguiente etapa de este fin de semana es algo mágico, literalmente. Ayer comenzó en el Teatro Alameda la XVII Gala Mágica de Sevilla que continúa este sábado con la inusual actuación de René Lavand, que a sus 82 años sigue siendo el mejor en la lentidigitación; para los profanos: el arte de manipular las cartas muy lentamente, a ver si alguien averigua el truco. Tanto este sábado a las nueve de la noche, como el domingo a las seis de la tarde, la sala se llena de espectáculos para grandes y pequeños, quizás algo más serio que la chistera y el conejo.
Pero no tanto como la cultura que se escribe en mayúsculas, ésta que se le propone es algo más cercana y admite un par de buenas risas. Si lo que le apetece es algo de música, esta noche a las nueve y media se presenta en La Estación Gustavo Almeida. Un cantautor convencido de su trabajo y de su concepto de música como medio para contar algo. Pero eso es lo único que debe de tener claro porque, si bien su música siempre es alegre, cada canción le hablará de algo distinto. La siguiente cita cultural pasa por el Teatro Quintero, hoy a las ocho y media. Los líos de Arturo Fernández y Carmen del Valle suben a escena cuando sus personajes se conocen en La Montaña Rusa. A petición del público y tras su éxito de noviembre, la compañía ha decidido volver a las tablas; a unas carcajadas y a olvidarse de la oficina no le hace ascos nadie.
Así se llega al domingo. Tanto la Gala Mágica como la obra La Montaña Rusa se podrán disfrutar mañana por si la agenda de hoy no lo permite. Pero sigue habiendo cosas que hacer. Sin John Travolta y con música en directo, pero igual de pringoso que los kilos de fijador que usaban en la película Grease, hoy se estrena en Fibes Brillantina. El baile y las canciones tan conocidas para los que quieran pasearse por los ya pasados años cincuenta; sea puntual, a las 19.00 en la puerta. Para terminar será necesario salir de la capital hacia Bollullos de la Mitación, allí podrá dedicarse a la ociosidad de no hacer nada más que degustar mosto. Con salida a las diez de la mañana desde la oficina de turismo la clave es pasar el día recorriendo la Ruta del Mosto, comiendo, bebiendo y moviendo los pies por toda la comarca. Habrá que darse por enterado de que la Navidad termina, pero hacerlo así da gusto.
