Lleva desde los 18 años subiéndose a los escenarios para destilar emociones cantadas, y con 31 cumplidos sigue en ello. Hace unos meses publicó su segundo disco, Viaje a Yelabú, y se dispone a llevarlo a su medio natural, el directo. Es Adolfo Langa y no quiere saber nada de la crisis.
Si en Mi pequeño zoológico de palabras, su primer disco, había ya un músico hecho y derecho, Viaje a Yelabú es "infinitamente más abierto, más acústico, sin los loops ni bases eléctrónicas de antes. Está todo pensado para el directo", comenta el propio Langa, que el pasado viernes llenó el Fun Club de la capital hispalense.
Con una banda estable en la que militan Joaquín Calderón, Ismael Sánchez, José Infiesta, Rafa Torres y Álvaro García, Adolfo Langa ha logrado redondear un sonido que no se aviene estrictamente a las clásicas pautas de la canción de autor. "Esa etiqueta ha tomado un tinte peyorativo que no debería ser tal, pero yo creo que quien venga a mis conciertos y escuche mis discos sabrá que no soy un cantautor al uso. Tampoco voy a ponerme la careta de indie, aspiro a que quien me catalogue sea el público", explica.
Perteneciente a una espléndida promoción de trovadores que dio a conocer entre otros al propio Calderón, a Alfonso del Valle o a Paco Cifuentes, Langa valora que "ahora mucha gente joven nos reconoce el esfuerzo realizado", pero elude caer en el paternalismo: "Cualquiera que se suba a un escenario y lo haga dignamente tiene un mérito enorme", asevera. "Lo que me interesa es la música, no me importa si la hace un chaval que canta en público por primera vez o alguien que lleva 50 años haciéndolo".
El sevillano, satisfecho con llevar ya "algunos conciertitos en lo alto, pero con la voluntad de seguir evolucionando y madurando, y pasarlo bien", define su estilo como "poesía a saco, tratando de aportar letras lo suficientemente ambiguas como para que cualquiera pueda verse reflejado en ellas". "Decir lo que todos a lo largo de la historia de la música, pero con mi sello y a mi manera", añade.
autogestión. Y en cuanto a la tan cacareada crisis de la música, Adolfo Langa muestra sus reservas, y aún más, entrevé una lucecita en medio de los pronósticos más negros. "Yo no me puedo quejar, llevo muchos años de autogestión, y desde que fundé mi propia productora no tengo que darle cuentas a nadie, así que veo todo lo que está pasando con bastante tranquilidad. Estoy igual que como estaba", comenta.
"El problema es que todo el que ha vivido de la sopa boba ahora se ve entre la espada y la pared, sin las cantidades que se invertían antes en promoción. Me parece un momento maravilloso para hacer las cosas bien, sin engañifas, subir al escenario y hacer lo que sabes sin trampa ni cartón", apostilla Langa.
