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Adrián Ríos: "Algunas hermandades no han sabido ver el alcance de las JMJ"

Llevar a 20.000 jóvenes a Madrid será su último reto como delegado diocesano de Pastoral Juvenil

el 11 ago 2011 / 20:07 h.

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Adrián Ríos se asoma al balcón del Palacio Arzobispal desde el que saludo Juan Pablo II a los sevillanos.

Entre una infinita montaña de papeles y un teléfono que no deja de sonar, el delegado diocesano de Pastoral Juvenil, Adrián Ríos, culmina los últimos detalles para la celebración de los Días en la Diócesis. Desde ayer, más de 3.000 peregrinos de países tan dispares como Brasil, Angola, Corea del Sur, México e Italia llegarán a la ciudad para vivir una experiencia única que será la antesala de la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid .


-Séame sincero, ¿menudo lío en el que se han metido estos días?
-Pues sí, pero la ciudad ha respondido mejor de lo que pensábamos. Las previsiones eran mayores y al final algunas familias se van a quedar sin acoger a estos jóvenes. A Sevilla capital llegarán unos mil peregrinos y el resto se alojará en la provincia. Habría que agradecer a los distintos arciprestazgos su voluntariedad. Son ellos los que lo han organizado todo y nosotros sólo nos hemos dedicado a coordinar el trabajo.


-¿Qué puede suponer para la ciudad un acontecimiento multicultural como éste?
-Nunca en la diócesis nos hemos movido en estas cifras, por lo que esperamos llenarla de vida ahora que está casi desértica. A nivel intercultural también serán muy enriquecedores, pues van a venir de países de todo el mundo, con su idioma y sus modos de pensar y de vestir. Esperamos hasta un coro rociero de Venezuela y un grupo de Brasil donde se rumorea que serán las próximas jornadas


-¿Han obtenido la respuesta que esperaban por parte de las instituciones?
-En todos los sentidos. Tanto el anterior Gobierno municipal como el nuevo se han mostrado dispuestos a satisfacer todas nuestras necesidades con mucha predisposición. Incluso nos están solucionando algunos problemas sin importancia, de última hora, en cuanto a la adecuación de varios espacios. Desde luego que le estamos dando las vacaciones a más de un político.


-De todo el programa previsto, ¿qué actos pueden llamar más la atención a los peregrinos?
-Durante los tres días celebraremos la Feria de las Vocaciones en el Patio de los Naranjos. Allí vamos a ofrecer un espacio para que se den a conocer todas las vocaciones que conviven en Sevilla. El último día celebraremos una eucaristía con más de doscientos sacerdotes en la Plaza del Triunfo, que será el punto y seguido para la Jornada Mundial de la Juventud. Para después, Rafa Serna está culminando una fiesta andaluza en la que los peregrinos pondrán en práctica todo los que aprendan en los talleres de sevillanas.


-Centrándonos en los días en Madrid, ¿hay cierta decepción porque sólo se hayan inscrito mil jóvenes de forma oficial?

-Le aseguro que no. Nunca ha habido una participación tan numerosa en una ciudad acostumbrada a gestionarse por su cuenta. Que hayamos llegados a mil nos enorgullece, porque se ha conseguido algo que no preveíamos. Hemos cuadriplicado el número que fue el año pasado al encuentro en Santiago de Compostela y eso ya supone un éxito.


-Pero la cifra que han dado habla de 20.000 jóvenes.
-Sabemos que otros movimientos van a ir por su cuenta, porque la infraestructura de las jornadas lo facilita. Aún así, esperamos que lleguen muchos jóvenes no inscritos para el fin de semana, que van a participar del Víacrucis y van a volver a Sevilla. Nosotros sólo podíamos ofrecer para el alojamiento un colegio donde tirar un saco de dormir en Móstoles. Era imposible encontrar un sitio con más capacidad en Madrid.


-¿Qué tal ha sido la respuesta de las hermandades?
-Para ser algo a lo que no estaban acostumbrados, la respuesta no ha sido mala. Evidentemente podían haberlo hecho mejor. Las hermandades no están en esta onda de encuentros de Iglesia y sienten que con lo suyo basta. Abrir eso a una dimensión más universal es un camino que hay que empezar a recorrer.


-¿Y cómo va el proceso?

-Se va haciendo poco a poco. Hay grupos que van optando por vivir diocesanamente estas cosas, pero son los menos. De cara a la jornada hay hermandades, como la del Rocío de Triana, que va a enviar más de un autobús con la diócesis, y otras muchas que participarán pero con un número limitado de jóvenes. Esa es la realidad.


-¿Qué papel va a ocupar Sevilla en la visita del Papa?
-Hemos logrado que tras la bienvenida que se le dará en Madrid, el coro Contabla y la delegación diocesana le interprete el himno de la Jornada Mundial de la Juventud por rumba. Vamos a estar muy cerca de él. Hay otras peticiones que no están confirmadas, pero aún así la diócesis estará muy presente.


-Se hablado mucho estos meses de la presencia de una talla de nuestra Semana Santa en Madrid. ¿Ha dado esta polémica una mala imagen de la ciudad?
-Pienso que Dios escribe derecho con renglones torcidos y hay que leer muchas veces entre líneas para darse cuenta de que nos hemos hecho los remolones en este sentido. Hubiera sido una pena que no estuviésemos presente, siendo como somos un referente en la expresión de la fe en España.


-La decisión de la hermandad de Los Panaderos ha salvado la situación.

-Al final va la Virgen de Regla, expresión de nuestra tradición mariana, que presidirá junto al Santo Padre todo el Víacrucis en Cibeles. Sin quererlo nos hemos situado en el epicentro de todos los actos. Eso sí, de nada serviría si no lo vivimos desde la humildad. Los que negaron su adhesión a la iniciativa deben entender ahora la importancia de un acto como éste.


-Pero no me negará que a pesar de esa humildad que pide el traslado se ha sobredimensionado en algunos aspectos.

-Se sabía que esto iba a ocurrir, aunque nadie lo preveía ni miraba su dimensión. Estoy seguro de que cuando se realice el Víacrucis, se retransmita a todo el mundo el encuentro por televisión y esté la Virgen de Regla allí, junto al Papa, algunas hermandades comprenderán la trascendencia y la oportunidad que no se supieron ver en su momento.


-Tras el verano dejará de la Pastoral Juvenil. ¿Qué balance hace de estos cuatro años?

-Ha sido una oportunidad de vivir en primera fila cómo la juventud de Sevilla vive, camina y se expresa. Queda mucho por hacer, pero subrayo la riqueza de los jóvenes y la generosidad manifestada por cientos de voluntarios.


-Y como despedida, el obispo le ha regalado predicar la novena de la Virgen de los Reyes.
-Ha sido el broche final. No lo esperaba, aunque creía que podía ser un año en el que contaran conmigo y sin sugerirlo me llegó la petición. Accedí de inmediato, porque no tendré nunca más una oportunidad como ésta.


-Se va tres años a Roma a estudiar Comunicación Social. Hay quién dice que cuando vuelva será un pilar de la diócesis.
-Yo vuelvo para servirla en la delegación de Medios, no veo más allá. Así me lo transmitió recientemente el arzobispo. Aún así estoy al servicio de la diócesis, y si me pide otra necesidad la cumpliré.

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