Algo tan básico como puede ser el hecho de disponer de agua potable y redes de saneamiento en el interior de las viviendas ha conseguido modificar la vida de los vecinos del barrio de Aeropuerto Viejo. La situación parece impropia en una sociedad como la actual, pero lo cierto es que ha sido el empuje de los propios vecinos de la zona el que ha conseguido que los organismos municipales doten al barrio de los servicios mínimos para situarse al mismo nivel que el resto de los sevillanos, logrando así unas mínimas condiciones de habitabilidad a la altura de los avances de la última década en Sevilla.
Las obras en Aeropuerto Viejo permitieron, además de la instalación de las redes de abastecimiento y saneamiento de aguas, la rehabilitación de un barrio que tradicionalmente se había sentido separado moralmente del resto de la ciudad. La zona cambió y, por tanto, también lo hizo la calidad de vida de sus vecinos que vieron como lo que antes eran fosas sépticas, impropias de esta época, se convirtieron en un sistema de redes de saneamiento acorde a las condiciones de vida de los sevillanos. Pero lo cierto es que los cambios no llegaron solos. Todo lo que los vecinos de Aeropuerto Viejo han logrado para su barrio es el resultado de su esfuerzo personal, de visitas y protestas, hasta que su voz fue oída por las instituciones municipales.
Unas 200 familias se vieron beneficiadas por las obras que afectaron al barrio. Dos años de trabajos -de 2007 a 2009- en los que se invirtieron algo más de cuatro millones de euros para satisfacer estas necesidades básicas de los vecinos. Pero la intervención no quedó ahí. Desde las instituciones municipales se aprovechó la ocasión para desarrollar un plan más ambicioso en la zona que también logró evitar las inundaciones que, a cuenta de las fuertes lluvias, afectaban a todo el barrio de Aeropuerto Viejo. Medidas que fueron acompañadas por la limpieza del canal del Tamarguillo, uno de los principales causantes de las frecuentes inundaciones.
El plan de actuación en el barrio se completó con otra serie de actuaciones en materia urbanística. Lo que antes eran calles sin asfaltar y ausencia de saneamientos, alcantarillados, consultorio médico o sede para la asociación de vecinos, se convirtió en un espacio abierto en el que se renovaron pavimentos de calzadas y acerados, se replantaron árboles, se colocaron bancos y amplias zonas dedicadas a los juegos de los más pequeños. Unas obras que también se extendieron por la cercana barriada de Valdezorras, también necesitada de una fuerte inversión municipal. En esta zona, al igual que en Aeropuerto Viejo, se mejoraron firmes, aceras y se potenció la conexión con el resto de la ciudad a través de los autobuses urbanos. La línea 16 pasó a ser gestionada por Tussam y se amplió el servicio con la línea C6, que une Aeropuerto Viejo y Valdezorras con el resto de Sevilla.
OTRAS INICIATIVAS. La apuesta municipal por el Distrito Norte incluyó la promoción de 34 actuaciones de vivienda protegida que han permitido multiplicar la población joven en la zona. Por sus características singulares, este distrito es una de las zonas naturales de expansión de la ciudad. El barrio de Pino Montano ha sido el más beneficiado por esta apuesta por la vivienda pública con la construcción de 18 promociones. El resto de edificaciones se reparten entre el barrio de Los Carteros, con ocho edificios, San Jerónimo con siete y Aeropuerto Viejo y La Bachillera con una promoción cada una.
Las obras de reurbanización de los espacios públicos en los barrios y la adecuación de otras zonas para el recreo infantil y el encuentro entre los vecinos completaron el plan de mejora desarrollado por el Ayuntamiento en este distrito, amparado en la inversión del Plan de Barrios.
