Afganistán reforzó ayer con 150 efectivos de unidades de la Policía Nacional la seguridad en la antigua base de Qala e Naw, donde el miércoles fueron asesinados los guardias civiles José María Galera y Abraham Leoncio Bravo, y su interprete Ataollah Taefik Alili -español de origen iraní-, según informó la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), bajo mando de la OTAN. Además, la OTAN y las autoridades afganas han abierto una investigación sobre el atentado en la provincia noroccidental de Badghis. "Los talibanes están activos en algunos puntos de Badghis. Aún no estamos del todo seguros de si estuvieron implicados o hubo otros motivos tras el suceso. Pero parece que estaba planeado", dijo a la agencia Efe el gobernador provincial, Dilbar Jan Arman.
Para evitar ataques como éste, se revisarán las bases de datos de los alumnos y el personal que accede habitualmente al acuartelamiento, informaron a Europa Press fuentes de la investigación. Ésta indica que el terrorista, el conductor del capitán de la Policía Nacional en Qala e Naw, accedió a la base con total normalidad como era habitual y que estuvo varios minutos en el interior del acuartelamiento tras aparcar el vehículo junto al lavadero de coches. Fue cuando observó agrupados a los guardias civiles que impartían la clase en el patio de la base cuando procedió a perpetrar el atentado con una Kalashnikov. Se trató de una ráfaga de disparos contra los agentes sin ningún objetivo concreto.
Funerales. Los cuerpos de los tres fallecidos inmediatamente fueron trasladado a España. Llegaron ayer por la mañana a la base de Torrejón de Ardoz, donde entre otras autoridades se encontraban el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy. En este acto el capellán de la base aérea de Torrejón de Ardoz y un líder religioso de la comunidad baha'i, religión del traductor, pronunciaron ante los féretros de los fallecidos una oración. Tras el responso, los tres coches fúnebres con sus restos mortales fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense, donde se les practicó la autopsia.
Por la tarde, en Logroño se celebró el funeral del capitán José María Galera Córdoba y el alférez Abraham Leoncio Bravo, que fue presidido por los Príncipes de Asturias. La ceremonia, a la que asistieron, entre otros, el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y la ministra de Defensa, Carme Chacón, tuvo lugar en el patio de armas de la Unidad de Acción Rural de Logroño (UAR), a la que ambos guardias civiles pertenecían, en un ambiente muy emotivo. Tras unos minutos de riguroso silencio, los familiares, rotos por el dolor, se dirigieron al patio de armas donde recibieron el pésame del Príncipe, vestido con uniforme militar de gala, y de Doña Letizia, de luto. A continuación, los féretros, envueltos con la bandera nacional y acompañados por los acordes de una marcha fúnebre, fueron trasladados a hombros de sus compañeros al patio de armas. Allí, Don Felipe prendió sobre las banderas que cubrían los féretros las medallas con las que ambos guardias han sido condecorados, la Cruz de Oro al Mérito de la Guardia Civil y la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo.
La ceremonia fue concelebrada por el arzobispo castrense, Juan del Río, y el obispo de la diócesis riojana, Juan José Omella. El arzobispo castrense, en su homilía, aseguró que este acto terrorista "ofende a Dios, repugna la razón, degrada la dignidad humana y enfrenta a los pueblos". Tras la misa los restos de los guardias civiles fueron trasladados a sus localidades de origen.
Por su parte, el funeral por Ataollah Taefik Alili se celebrará hoy en el Auditorio de Cuartel de Huerva (Zaragoza). Será una ceremonia bahá'í. Sus restos mortales fueron recibidos en la tarde de ayer en la Base Aérea de Zaragoza con un emotivo acto en presencia de familiares y amigos, autoridades civiles y militares.