Dieciocho países africanos, la mayoría antiguas colonias francesas, celebraron en 2010 el cincuenta aniversario de su independencia. Sin embargo, África sigue siendo un continente frustrado en sus ansias de desarrollo, democracia y libertad, según el presidente de la República Democrática del Congo, Joseph Kabila, quien reconoció esas tres frustraciones en un discurso conmemorativo del medio siglo de independencia, en un continente que previamente sufrió quinientos años de esclavitud y colonialismo.
Kabila apuntó al tribalismo, la irresponsabilidad política y el robo y malversación de fondos públicos como principales motivos del subdesarrollo de África subsahariana, que cuenta con 800 millones de habitantes y donde las antiguas potencias coloniales no han renunciado al control de sus riquezas. Francia, antigua metrópoli de 16 de los 18 países independizados en 1960, mantuvo tropas en muchos de ellos. Mientras, inversores occidentales y corporaciones multinacionales sustentaron sistemas dictatoriales y algunos de los régimen más crueles de la historia reciente.
Para protestar por esta intervención occidental, Senegal, durante su Cincuentenario el pasado 4 de abril, cerró las bases militares francesas aún presentes en el país. Se trató de una decisión simbólica, que revela las dependencias que aún se mantienen.
En este sentido, el presidente camerunés, Paul Biya, consideró que África es ya "adulta" y reclamó una adecuada representación internacional para un continente al que se sigue considerando "menor de edad" en los foros mundiales.
Las aspiraciones africanas también las mostró el presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, quien manifestó que su país quiere ser "una nación fuerte, unida y prospera", pero reconoció aún hay mucho por hacer y apuntó, como síntoma de fracaso, la enorme emigración, algo que comparte con casi todos los países subsaharianos.
La violencia, que también ha asolado los cuatro puntos cardinales de África desde la independencia, hizo su aparición en Nigeria en la celebración del Cincuentenario, con la explosión de dos coches bomba cerca del lugar donde se desarrollaba el principal acto oficial, que causaron al menos doce muertos. El Movimiento para la Emancipación del Delta del Níger (MEND), un grupo alzado en armas en 2006 para luchar contra la miseria de los habitantes de una de las regiones más ricas en recursos naturales del mundo, asumió el atentado. El grupo afirmó que "no merece la pena que se celebren cincuenta años de fracasos, durante los que el pueblo del Delta del Níger ha visto como su tierra y sus recursos eran robados", algo que habrían suscrito otros grupos alzados en armas del continente como excusa para sus matanzas.
Concienciación. En los últimos años, la presión de grupos sociales y de defensa de los Derechos Humanos, africanos e internacionales, así como de la Unión Africana, han llevado a una concienciación en el continente de que las dictaduras son el caldo de cultivo de la corrupción, la opresión y la miseria. Por ello, algunos países han conseguido elecciones limpias y alternancia en el poder. Es un inicio, pero la mayoría sigue lejos de ese objetivo y en algunos, como la República Democrática del Congo o Gabón, se han establecido dinastías republicanas, en las que los hijos han sucedido a los padres.
Se trata de un mal síntoma para el futuro, según apuntó este año la Fundación Mo Ibrahim en su Índice de Gobernabilidad en África, en el que señaló que, aunque hay un crecimiento económico, en los últimos años la democracia y los Derechos Humanos se han deteriorado. Y es que este prestigioso grupo no ha sido capaz de encontrar un sólo gobernante africano digno de recibir, en los dos últimos años, el Premio Ibrahim al Buen Gobierno en el continente. Mientras tanto, de los 47 países del África Subsahariana, 32 están en la lista de los 49 países más pobres del mundo, según la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. La guerra y el hambre, a las que se ha unido el sida, son sus grandes plagas. Incluso en aquellos países inmensamente ricos en petróleo, diamantes, uranio u otros minerales, la población sigue en la miseria, pues los beneficios nunca llegan a sus habitantes.