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Agrupémonos por Andalucía, España y la humanidad

Todos los indicios apuntan a que Manuel Chaves y la Junta van a mantener su firmeza en el envido contra el enroque de Cataluña, Valencia o Baleares en materia de financiación. Si dichas comunidades gobernadas por distintos partidos se han puesto de acuerdo en que la pela es la pela...

el 15 sep 2009 / 03:47 h.

Todos los indicios apuntan a que Manuel Chaves y la Junta van a mantener su firmeza en el envido contra el enroque de Cataluña, Valencia o Baleares en materia de financiación. Si dichas comunidades gobernadas por distintos partidos se han puesto de acuerdo en que la pela es la pela, quizá convenga tocar a rebato para que más allá de las legítimas siglas partidarias, Andalucía se junte en defensa propia.

Acostumbrados a la porfía mutua, resulta difícil pensar que PSOE, PP e IU puedan hacer piña común a favor de los intereses del pueblo andaluz por encima de los de sus propias siglas. En el momento actual y para no salir perdiendo todos quizá convenga rescatar el consenso de la última campaña del Estatuto.

Hay cuestiones en las que Andalucía se vería seriamente perjudicada si sus representantes jugasen demagógicamente con las cosas de comer. Hará mal el PP en enquistarse en la vieja ecuación de que el órdago levantino tiene que ver con el melón de las reformas estatutarias que abrieron los socialistas durante la anterior legislatura.

Y tampoco sería de recibo que el PSOE no pusiera todo de su parte para que la estimación de la deuda histórica que se reclame finalmente a Madrid se pacte con los otros dos partidos con actual representación en la cámara, antes de entrar en una subasta de titulares que difícilmente puede ayudar a la causa colectiva del sur.

Y si bien es probable que el PSOE andaluz cuente con el apoyo de toda la oposición en el actual debate sobre financiación de comunidades relativamente pobres, con respecto al levantisco levante de las últimas semanas, no parece que dicho respaldo vaya a extenderse a otras cuestiones en las que el grito de ordenanza también debiera ser el de agrupémonos todos por Andalucía, España y la humanidad.

He ahí la cuestión del agua, que no puede ni debe convertirse en un mero mascarón de proa en la batalla electoralista por Almería: muy al contrario, los representantes parlamentarios de todos los andaluces debieran establecer como prioridad el análisis ecológico y la sostenibilidad de los proyectos que, más allá de trasvases, conducciones o llámale equis, garanticen un mejor aprovechamiento de este recurso escaso, sin que lleguemos a un remake de Mad Max ni que por la obtención de ese oro líquido sigamos obsesionados tercamente con parcelar ríos o contribuyamos a recalentar el planeta con desaladoras que no siempre cumplen con Kyoto.

La democracia se reconoce muy a menudo en el rompan filas pero, de vez en cuando, sería de agradecer que todos los nuestros, los del antiguo Hospital de las Cinco Llagas, pusieran sencillamente pies en pared.

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