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Ahmadineyad ensalza a Hizbulá y su resistencia en la frontera con Israel

el 14 oct 2010 / 18:40 h.

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El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, saluda durante su llegada al Líbano.
La ciudad libanesa de Bint Jbeil,  a pocos kilómetros de Israel, cerró este jueves escuelas y comercios antes de  tiempo, recibió a miles de libaneses llegados desde Beirut, y colgó  cientos de pancartas para recibir al presidente iraní, Mahmud  Ahmadineyad, cuyas palabras y pasos siguió atentamente Israel.  "Todo el mundo sabe que los sionistas no durarán mucho tiempo",  dijo el líder persa al poco de comenzar su discurso ante miles de  seguidores que hondeaban banderas iraníes y libanesas en el pueblo  que vio enfrentarse al ejército de Israel con las fuerzas del grupo  chiíta radical Hezbolá en la segunda guerra del Líbano en 2006.  "Los sionistas trataron de destruir este pueblo, pero habeis  sobrevivido a los ocupantes y demostrado que Líbano y su resistencia  es más poderosa que las espadas sionistas", dijo Ahmadineyad. 

En los pasillos de Jerusalén y Tel Aviv, los ministerios de  Exteriores y Defensa siguen de cerca una de la visitas menos  gratificantes a sus fronteras, la de un presidente que alardea de su  deseo de aniquilar a Israel y que consigue congregar a miles de  seguidores a "sólo un kilómetro" del país enemigo, titulaba el  diario israelí de mayor tirada Yediot Ahronot.  Los medios israelíes dan amplia cobertura al discurso de  Ahmadineyad después de que su gobierno haya presentado la visita como  un acto desestabilizador para la región y una clara muestra de que  Irán aspira a extender sus tentáculos a toda la geografía local,  donde ya cuenta con la fidelidad de Hezbolá. 

"La dominación de Irán sobre el Líbano a través de su aliado  Hezbolá ha destruido las posibilidades de paz y convertido el  Líbano en un satélite iraní y en un centro de terror e  inestabilidad", dijo Mark Regev, portavoz del primer  ministro israelí, Benjamin Netanyahu.  "Ahmadineyad visita Líbano como un propietario que camina por su  dominio (...) Trae consigo un mensaje de violencia y extremismo y  ello debería preocupar a los interesados en un Cercano Oriente  estable y pacífico", afirmó Yigal Palmor, portavoz del Ministerio de  Exteriores.  "La transformación del país de la revolución del cedro en un país  al servicio de los ayatolás es extremadamente preocupante", dijo  Palmor. Es una "tragedia" que los "líderes libaneses estén  permitiendo que un hombre que no es árabe y que es un líder  extremista destroce Líbano por dentro". 

La visita de Ahmadineyad "ilustra la tendencia iraní a tomar el  control del sur del Líbano " y es "importante evitarlo", dijo por su  parte Amos Gilad, encargado de la rama de asuntos políticos y de  seguridad del Ministerio de Defensa israelí.  En la oficina de Netanyahu y en los dos principales ministerios  del gobierno israelí no cabe duda: Ahmadineyad quiere convertir el  Líbano en una extensión iraní y enfrentar al pequeño país  mediterráneo con Israel, coincidían hoy.  Pero el viaje de Ahmadineyad no sólo ha alarmado a Israel, quien  lo percibe como una de sus mayores amenazas existenciales, sino  también al mundo occidental y a Estados Unidos, que lo ha calificado  de "provocación" y trabaja junto a Israel para aislar a Ahmadineyad  en el desarrollo de su programa nuclear. Israel ha despertado especulaciones en los últimos años sobre la  posibilidad de atacar Irán si no desiste en el desarrollo del  programa atómico. 

Al mismo tiempo, Israel ve a los grupos Hezbolá en Líbano así  como al islamista Hamas en Gaza, como los grandes aliados de Irán las  fronteras norte y sur de su geografía.  Según el Ejército israelí, Hezbolá podría tener 40.000 misiles  de corto medio y largo alcance y cerca de 20.000 militantes  preparados para luchar en el sur del Líbano. En caso de enfrentamiento, podría estar preparado para lanzar 600  misiles a Israel al día, incluidos 100 de largo alcance que podrían  llegar a Tel Aviv. Durante la guerra entre julio y agosto de 2006,  Hezbolá lanzó 100 misiles al día llegando a alcanzar la ciudad de  Haifa. Hasta 1.200 libaneses y 165 israelíes murieron en los  enfrentamientos.

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