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Ahmadineyad logra los apoyos para nombrar a la primera ministra de Irán

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, logró ayer que la Cámara aceptara a 18 de los 21 ministros propuestos, incluidos aquellos que llevarán las carteras importantes. Además, Irán contará de nuevo con una mujer ministra, Marzieh Vahid Dastjerdj, tres décadas después.

el 16 sep 2009 / 08:07 h.

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El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, logró ayer que la Cámara aceptara a 18 de los 21 ministros propuestos, incluidos aquellos que llevarán las carteras importantes. Además, Irán contará de nuevo con una mujer ministra, Marzieh Vahid Dastjerdj, tres décadas después.

Desde que hace 11 días presentara su controvertido gabinete, se especulaba con la posibilidad de que alrededor de una tercera parte de los aspirantes serían rechazados. Pero los pronósticos fallaron y pese a las criticas y a la resistencia de algunos de los diputados, Ahmadineyad pudo colocar en lugares clave del Ejecutivo a un puñado de sus más estrechos colaboradores. Sólo Masud Mirkazemi, aspirante a la crucial cartera de Petróleo, aprobó por apurado margen. El resto, menos el candidato a ministro de Energía, Ali Abadi, un estrecho colaborador del presidente que fue rechazado, lograron la ratificación con holgura.

La economía de Irán, tercer país más rico del mundo en reservas probadas de petróleo y gas del mundo, depende casi en exclusiva de la explotación y exportación de esta materia prima.

Sin embargo, su industria de refinado es muy débil, hecho que también le hace dependiente de la importación de combustible y productos manufacturados.

Ahmadineyad subrayó esta semana ante la Cámara que Mirkazemi tendrá la titánica misión de reorientar este ministerio, con el objetivo final de llegar a la autosuficiencia. El nuevo ministro, al que muchos diputados le achacaban su inexperiencia en el sector, ganó el despacho con un estrecho margen de sólo cuatro votos. En la anterior legislatura, la Asamblea rechazó a tres de los candidatos a este ministerio.

El presidente iraní también consiguió ayer que su segundo mandato vaya a pasar a la historia como el primero en el que habrá una mujer ministra desde que hace 30 años triunfara la revolución islámica que derrocó a la dinastía Pahlevi. Un total de 175 diputados dieron un amplio respaldo a Marzieh Vahid Dastjerdi, una ginecóloga de 56 años que se pondrá al frente del Ministerio de Sanidad. La prensa recordó durante el proceso de aprobación que en el pasado, Dastjerdi se declaró partidaria de que las mujeres solo sean atendidas por doctoras. Sin embargo, la Cámara rechazó, también por una amplia mayoría, a la otras dos mujeres que aspiraban a entrar en el Gobierno, la diputada Fatemeh Arjolu, candidata a Bienestar Social, y Suzanne Kashravaz, que optaba a Educación. Ahmadineyad tiene ahora un plazo de 15 días para presentar nuevas propuestas para esos cargos.

Pese a los pronósticos, el presidente iraní consiguió igualmente por amplio margen la aprobación del nuevo ministro de Educación Superior, Investigación y Tecnología, Kamram Daneshju, otro de los aspirantes que habían despertado apasionados debates en la Cámara. Muchos parlamentarios dudaban de la veracidad del historial académico de Daneshju, quien ejerció como jefe del Comité Electoral Nacional durante las polémicas elecciones presidenciales del pasado 12 de junio, que la oposición ha denunciado como fraudulentas.

De la misma manera lograron la confianza el ministro de Interior, Mustafa Mohamad Nayar, y su colega de Inteligencia y Servicios Secretos, Haidar Moslehi, dos de los puestos clave ahora copados por estrechos colaboradores del presidente. Nayar dirigió la cartera de Defensa durante la anterior legislatura, mientras que Moslehi era el representante del líder supremo de la Revolución, ayatolá Ali Jamenei, ante la organización de voluntarios islámicos Basij.

Pero quien mayor apoyo obtuvo fue el nuevo ministro de Defensa, Ahmad Vahidi, a quien Israel y Argentina acusan de ser uno de los autores intelectuales del atentado que en 1994 segó la vida de 86 personas en el centro cultural judío de Buenos Aires. Cuando los parlamentarios escucharon que había conseguido 227 de los 286 votos del Parlamento, profirieron gritos de "muerte a Israel" y "Dios es el más grande".

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